SANTO DOMINGO.- A las evidentes inquietudes que dejaron en
el seno del Partido de la Liberación Dominicana, PLD, las pasadas
elecciones, se ha sumado la puja por la elección de las presidencias del
Senado y de la Cámara de Diputados.
Parece que existen algunos desacuerdos en el seno del PLD,
los cuales fueron puestos de relieve hace días cuando el doctor Franklin
Almeida declaró que los problemas generados tras las elecciones han
avergonzado a su partido. Dijo que el triunfo tiene los pies de barro.
Dos mujeres aspiran ahora a las presidencias del Senado y
de la Cámara de Diputados. Una es su actual titular, Cristina Lizardo,
la senadora más votada en Santo Domingo Este, y a la Cámara, la diputada
Lucía Medina, Yomaira, actualmente vicepresidenta del hemiciclo
cameral.
Las dos damas militan desde la primera hora en el PLD y la
señora Medina, es hermana del presidente, Danilo Medina. Los adversarios
que tiene en la Cámara refieren que su elección sería nepotismo.
Otros alegan en privado que no puede haber dos mujeres al
frente de las cámaras legislativas. Olvidan que el Congreso siempre ha
sido dirigido por hombres, excepto ahora que lo preside Lizardo y cuando
dirigió la Cámara la diputados Rafaela Alburquerque.
El tema es delicado para el presidente Medina, aunque se
sabe que en situaciones anteriores en que se han producido conflictos,
el gobernante se ha apegado al mandato constitucional de separación de
poderes.
Cómo podría ser, se preguntaría la señora Medina y también
el público, que el gobernante la persuada de no presentar su nombre para
la candidatura de los diputados, si ella está amparada por la
Constitución.
Todavía en el caso de que ella renunciara voluntariamente a
la aspiración que planteó ante los diputados, sus electores de San Juan
de la Maguana y la opinión pública del país, creerían que fue forzada
por las circunstancias.
Yomaira, la más votada
Medina fue la más votada como candidata a diputada en su provincia y se le veía como una eventual aspirante a la presidencia de la Cámara, posición tradicionalmente reservada a varones aunque la mayoría de los votantes son hembras.
Medina fue la más votada como candidata a diputada en su provincia y se le veía como una eventual aspirante a la presidencia de la Cámara, posición tradicionalmente reservada a varones aunque la mayoría de los votantes son hembras.
Se diría que la Cámara de Diputados requiere de austeridad
en el manejo de sus recursos para que no continúen las objeciones
planteadas por la Cámara de Cuentas, en el sentido de que existe un
desorden en su contabilidad.
El actual presidente de la Cámara, Abel Martínez, quien
acaba de ganar la senaduría de Santiago por el PLD, fue auspiciador de
un derroche publicitario disimulado con el patriotismo, pero con un tono
narcisista y personal inocultable.
La señora Medina no iría a la Cámara a dirigir una empresa
biotecnológica ni nada que se parezca. Lo que se requiere allí es un
poco de manejo pulcro de las cuentas, don de mando, asesores contables,
auditores y respeto para lidiar con lo que a veces parece una gallera.
Si el caso fuera a decidirlo el comité político del PLD,
que programaba reunirse el lunes pero se postergó porque el doctor
Leonel Fernández, su presidente, está fuera del país, el presidente
Medina tiene la mayoría.
De ser dejados los diputados en libertad para escoger una
de las varias candidaturas hasta ahora presentadas, el gobernante
también tiene la mayoría, por lo que negarle el puesto a su hermana,
solo por esa razón no ayudaría su causa.
El PLD no se opuso a que hubiesen cuatro hermanos Montás en
diversos puestos importantes del gobierno, así como otros apellidos y
relacionados incluido entre ellos el de la señora Lizardo.
Que se le niegue a la señora Lizardo su competencia para
seguir dirigiendo el Senado, podría dejar un sabor muy amargo entre sus
electores y entre los que mayoritariamente escogieron al presidente
Medina.
La CD la dirigió durante varios años la señora
Alburquerque, diputada de San Pedro de Macorís, quien acaba de ganar de
nuevo su asiento. Tendrá que dejar la embajada de la RD en Taipei, la
capital de Taiwán.
ASPIRAN SIETE
Siete diputados aspiran a la Presidencia de la Cámara, de los cuales la señora Medina es la única mujer. En el pasado no fue habitual que una mujer se propusiera para dirigir la Cámara o el Senado de la República. El caso de Alburquerque fue, en alguna medida, excepcional.
Siete diputados aspiran a la Presidencia de la Cámara, de los cuales la señora Medina es la única mujer. En el pasado no fue habitual que una mujer se propusiera para dirigir la Cámara o el Senado de la República. El caso de Alburquerque fue, en alguna medida, excepcional.
Los que se presentan ahora son Radhamés Camacho, quien al
parecer se descartó como aspirante al ministerio de Educación; Rubén
Maldonado, Demóstenes Martínez, Víctor Suárez, Lupe Núñez y Elpidio
Báez, todos del comité político o comité central del PLD.
De la oposición se postularía Alfredo Pacheco, un anterior
presidente de la Cámara, tenido como el perfecto trepador, elegido el
pasado 15 de mayo por el Distrito Nacional y de quien se cree que tiene
un pie en el PRD y otro en el PRM.
Pacheco era un líder muy sonado de los barrios de la parte
alta de la ciudad cuando el Partido Revolucionario Dominicano, PRD, era
mayoritario. Al producirse la ruptura y ser constituido el Partido
Revolucionario Moderno, PRM, pasó a sus filas.
Pacheco es un gran negociador. En las elecciones pasadas
salió diputado, en sustitución de su esposa, ganadora por el Distrito
Nacional en las elecciones del 2010. Negoció con el alcalde ganador,
David Collado, para llevarla como vice-alcaldesa. Tiene también regalía:
una fiel seguidora elegida regidora.
Su caso es histórico porque el 16 de agosto del 2003 se vio
en medio de un escándalo mayúsculo en plena elección del bufete
directivo de la rama legislativa al producirse un tiroteo que lo obligó a
buscar refugio debajo de su curul, ante la vista de los fotógrafos.
Los que apoyan la postulación del señor Pacheco alegan que
no le viene bien a la democracia que los dos bufetes directivos estén en
manos de un mismo partido, aunque eso fue lo que ocurrió regularmente
en el pasado.