WASHINGTON.- El candidato republicano a la presidencia de EE.UU., Donald Trump, aseguró hoy que, cuando Hillary Clinton
sacó a relucir los insultos del magnate hacia muchas mujeres hacia el
final del primer debate presidencial celebrado el lunes, él “iba a
atacarla con las mujeres de su marido”, en referencia a las aventuras
adúlteras del expresidente estadounidense Bill Clinton (1993-2001).
Sin embargo explica que cambió de parecer porque la Chelsea Clinton,
la hija de Hillary y Bill estaba presente y no quería herir sus
sentimientos.
“Decidí que no debería hacerlo, porque su hija estaba allí. Creo que
hice lo correcto. No me sentía cómodo haciéndolo con Chelsea en la
sala”, agregó.
No obstante, Trump aseguró que en el próximo debate, que se celebrará el 9 de octubre en Saint Louis (Misuri), podría “atacar más duro” a Clinton.
“(Ayer) Me contuve bastante porque no quería herir los sentimientos
de nadie. Así que puede que la ataque más duro en cierto modo”, añadió
el candidato republicano.
“Me hicieron algunas preguntas hostiles, pero creo que lo hice
verdaderamente bien. Fue el debate de los debates”, dijo Trump en una
entrevista en el programa de televisión “Fox and Friends“.
El magnate se mostró orgulloso de haber hablado “pronto y con fuerza”
en el debate sobre “la inmigración ilegal, la policía, la ley y el
orden” y “el comercio y los empleos”, porque considera que son las cosas
más importantes “que hay que afrontar” en el país.
También protestó porque el moderador del debate, Lester Holt,
no preguntó a Clinton “sobre sus correos electrónicos, sus escándalos,
ni sobre Bengasi (la muerte de cuatro estadounidenses en esa ciudad de
Libia en 2012, mientras ella era secretaria de Estado)”, o sobre la
Fundación Clinton.
“No le preguntó sobre muchas cosas de las que debería haberle preguntado, no hay duda de ello”, subrayó.
El candidato republicano también se quejó de que había problemas con
su micrófono, y achacó a eso los ruidos que podían oírse durante sus
intervenciones, en las que parecía que estaba sorbiéndose la nariz por
un resfriado.
“El volumen estaba mucho más bajo que el de ella y el sonido se cortaba. No podían oírme en la sala” del debate, protestó.
El debate en la Universidad de Hofstra, en Long
Island (Nueva York) mostró la oposición frontal entre los dos
candidatos, con una hora y media de ataques directos sin contemplaciones
en economía, cuestiones raciales, política comercial y exterior.