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lunes, 25 de enero de 2010

Miguel Vargas dice; PRD será vigilante de la nueva Constitución.

En Contacto con el Pueblo.com

Santo Domingo.- El ingeniero Miguel Vargas, afirmó este lunes que desde la oposición o al frente del Estado, el Partido Revolucionario Dominicano será defensor y garante de la nueva Constitución, ya que sólo la vigilancia para que el gobierno se ciña a sus mandatos hará de la Carta Magna una realidad concreta y viviente.

En una alocución al país por una red de radio y televisión, el presidente y líder del PRD resaltó además que la aprobación de la Ley de Partidos Políticos “es un compromiso entre el presidente Leonel Fernández y quien les habla, compromiso que me ha sido reiterado, garantizando su aprobación y promulgación en la presente legislatura extraordinaria”.

Enfatizó en que el PRD aspiraba a una constitución más avanzada, que fuera elaborada en una asamblea constituyente y no por una revisora, como finalmente impuso el PLD con su mayoría congresual.

Vargas Maldonado, expuso que siendo el PRD el más antiguo y activo partido, no podía mantenerse al margen de la reforma constitucional, debido a lo cual impulsó un acuerdo con el presidente Fernández para incluir temas prioritarios de la agenda democrática, que en gran medida habían sido soslayados en la iniciativa constitucional del Poder Ejecutivo.

Destacó que “la Constitución, hay que decirlo para que no se olvide, sólo puede tener sentido en un país como el nuestro, si promueve real y efectivamente la igualdad de oportunidades, la justicia social y la erradicación de la pobreza. Sólo así podremos lograr no sólo un país libre, sino también, más humano y más justo, como siempre quiso nuestro Juan Pablo Duarte”.

Miguel Vargas, quien estuvo acompañado de los legisladores perredeístas y la comisión que intervino en los acuerdos pactados con el presidente Fernández, consideró “impostergable el inicio del proceso de discusión plural y abierto de las grandes iniciativas legislativas que permitirán concretar las conquistas constitucionales logradas en esta reforma”.

Y al respecto mencionó la Ley de Procedimientos Constitucionales y del Tribunal Constitucional, la Ley de Administración Pública y la que reglamentará los mecanismos de participación popular, como el referendo y la iniciativa legislativa popular, así como las leyes de la Jurisdicción Contencioso Electoral y de la Jurisdicción Contencioso Administrativa.

Expuso entonces que “la más urgente, vital, y trascendente de las leyes pendientes de aprobación, es la más que consensuada Ley de Partidos Políticos, instrumento esencial para el fortalecimiento de nuestra democracia”.

Aludiendo al pacto que firmó con el presidente Leonel Fernández el pasado 14 de mayo, y que junto a otras iniciativas acordadas permitió redactar la nueva Constitución, Vargas sintetizó que “El PRD ha cumplido todo lo que acordó, por lo que el país y nuestro partido esperan que el Presidente de la República y del PLD honre, de igual manera, su palabra empeñada”.

Institucionalidad.

El presidente del PRD reasaltó que los trabajos del Consejo Nacional de la Magistratura, una vez éste sea convocado para la debida renovación de la Suprema Corte de Justicia y la integración del Tribunal Constitucional, deben ser desplegados a partir de los principios de transparencia y publicidad, como bien ha sugerido la Fundación Institucionalidad y Justicia.

EL DISCURSO.

El texto completo del discurso de Vargas Maldonado es el siguiente:

Pueblo Dominicano,

La inminente proclamación de la Constitución reformada, el próximo 26 de enero, fecha del natalicio del fundador de la República, Juan Pablo Duarte, es momento propicio para que, en nombre del Partido Revolucionario Dominicano, fijemos nuestra posición acerca de este evento trascendental.

La nueva Constitución tendrá repercusiones importantes para la consolidación de nuestras instituciones, el fortalecimiento de nuestro Estado de Derecho, y los derechos fundamentales de todas y todos los dominicanos.

Desde el inicio del proceso de consulta popular, el PRD, coherente con sus plataformas programáticas desde su fundación en 1939, fue el partido que más insistió en que la reforma constitucional debía ser hecha a través de una Asamblea Constituyente.

Sin embargo, el Presidente Leonel Fernández, a pesar de que el Partido de la Liberación Dominicana siempre había sido partidario de la reforma constitucional por la vía de la constituyente, llegando a incorporarla en su programa de gobierno, ignoró sus viejas promesas y se abocó a una reforma a través de una Asamblea Revisora, mientras excluía el mecanismo de la Constituyente para futuras reformas, contrario a lo que las y los dominicanos, en la consulta popular, mayoritariamente habían requerido.

Una vez sometida por el Poder Ejecutivo la propuesta de reforma, y dado que la pasada dirección del PRD había mantenido el partido al margen, tanto del proceso de consulta popular, como de los diálogos iniciados por el Gobierno con diferentes sectores políticos y sociales, fuimos claros y firmes, en el sentido de que los legisladores del PRD, iban a participar activa e intensamente en la Asamblea Revisora, avanzando los temas y los puntos de vista de nuestra organización política, en la medida de nuestras posibilidades.

El más viejo partido activo y de oposición, no podía permanecer ajeno a tan trascendental acontecimiento.

Habiendo adoptado esta posición, y conscientes de nuestra baja matrícula congresual y que el PLD, no alcanzaba la mayoría de asambleistas requerida, para aprobar el proyecto de reforma constitucional, impulsamos un acuerdo político con el Presidente Leonel Fernández, para incluir temas prioritarios de la agenda democrática nacional, que habían sido, en gran medida, soslayados por la iniciativa constitucional del Poder Ejecutivo.

Este acuerdo, en la mejor tradición de la democracia pactada, como se manifiesta en el Pacto de la Moncloa de la transición española en 1974 y en el Pacto de los Olivos de la reforma constitucional argentina en 1994, y coherente con la línea de oposición firme pero útil y constructiva adoptada por el PRD para los nuevos tiempos, se articuló a partir de sucesivas reuniones entre nosotros y el Presidente Fernández, y dos comisiones partidarias designadas al efecto.

Es importante resaltar la gran labor realizada por la comisión de nuestro partido designada para la reforma constitucional, así como el magnifico trabajo de nuestros asambleístas.

Los acuerdos alcanzados, aunque no pudieron incluir la constituyente a pesar de nuestra insistencia, han sido vitales para que los textos constitucionales aprobados, permitan plasmar una serie de conquistas para nuestra democracia, nuestro Estado de Derecho y nuestra ciudadanía.

Entre los puntos más importantes de los acuerdos arribados encontramos los siguientes:

• El mantenimiento del sistema de adquisición de la nacionalidad dominicana, consistente en una combinación del Jus soli y del Jus sanguinis, pero endureciendo las condiciones para adquirir la nacionalidad por nacer en territorio dominicano, de modo que, como lo han hecho otras naciones, se evite que la flexibilidad en el régimen de la nacionalidad, fomente la inmigración ilegal y la desnacionalización.

• También, la congelación de la matrícula de la Cámara de Diputados, compatible con la racionalidad presupuestaria que debe exhibir una nación pequeña como la nuestra.

• La elección de legisladores del exterior para reconocer la realidad de una patria donde una parte considerable de sus ciudadanos pertenecen a una comunidad migrante que aporta con sus recursos, su trabajo, su intelecto y su creatividad, a la economía y a la sociedad dominicana.

• La elección por representación de diputados nacionales por acumulación de votos, lo que eleva las oportunidades de representación de los partidos minoritarios.

• La modernización e institucionalización de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, como una de las medidas fundamentales para preservar la seguridad nacional y ciudadana, frente a las amenazas del narcotráfico, el terrorismo, el tráfico ilegal de personas, la explotación infantil, y los crímenes transnacionales y contra el medio ambiente.

• La unificación de las elecciones congresionales y municipales, para reducir la excesiva politización del país y el dispendio de recursos, tal como lo habían requerido amplios segmentos de la vida nacional.

• La democratización de la composición del Consejo Nacional de la Magistratura, garantizando que la segunda mayoría congresional, tenga dos representantes ante este órgano esencial para la designación de las Altas Cortes.

• La creación de un Tribunal Constitucional que, en el espíritu del Tribunal de Garantías Constitucionales propuesto por el PRD desde su fundación, sirva como garante de la Carta Magna y de los derechos fundamentales de todos.

Nuestro mayor aporte al fortalecimiento institucional del país, en el marco de este acuerdo, lo constituye la prohibición de la reelección presidencial consecutiva, reconociendo nuestras debilidades institucionales.

Con esta conquista, nuestro partido rectificó un error histórico, correspondiéndonos el honor de rescatar la fórmula José Francisco Peña Gómez, consagrada en la reforma constitucional de 1994.

Esta prohibición de la reelección presidencial consecutiva, que tiene aplicación inmediata, fomenta la alternabilidad democrática y propicia el desarrollo de nuevos liderazgos.

La no reelección presidencial consecutiva, elimina de raíz el continuismo personalista, caudillista y presidencialista.

La no reelección presidencial consecutiva, evita el uso abusivo de los recursos del Estado, a favor de un Presidente Candidato, que distorsiona el presupuesto nacional, y afecta el desarrollo del país, tal y como ocurrió en las elecciones presidenciales del 2008.

Pueblo dominicano, este es uno de nuestros principales aportes a la nueva Constitución.

Hay que estar conscientes, en este momento histórico, que si bien la nueva Constitución no es todo lo avanzada y progresista como aspirábamos todos, es el resultado de un esfuerzo serio, constante y concertado de todos los actores y sectores sociales comprometidos con el fortalecimiento de nuestra democracia y la consecución del desarrollo integral del pueblo dominicano.

Es impostergable el inicio del proceso de discusión plural y abierto de las grandes iniciativas legislativas, que permitirán concretar las conquistas constitucionales logradas en esta reforma.

Cabe mencionar aquí, la Ley de Procedimientos Constitucionales y del Tribunal Constitucional.

La Ley de Administración Pública.

La ley que reglamentará los mecanismos de participación popular como el referendo y la iniciativa legislativa popular.

La Ley de la Jurisdicción Contencioso Electoral.

Y la Ley de la Jurisdicción Contencioso Administrativa.

La más urgente, vital, y trascendente de las leyes pendientes de aprobación, lo constituye la más que consensuada Ley de Partidos Políticos, instrumento esencial para el fortalecimiento de nuestra democracia.

En este punto, debo resaltar ante el país, que la aprobación de esta Ley es un compromiso entre el Presidente Leonel Fernández y quien les habla, compromiso que me ha sido reiterado, garantizando su aprobación y promulgación en la presente legislatura extraordinaria.

El PRD ha cumplido todo lo que acordó.

El país y nuestro partido, esperan que el Presidente de la República y del PLD honre, de igual manera, su palabra empeñada.

Es preciso indicar, además, que los trabajos del Consejo Nacional de la Magistratura, una vez éste sea convocado, para la debida renovación de la Suprema Corte de Justicia y la integración del Tribunal Constitucional, deben ser desplegados a partir de los principios de transparencia y publicidad, como bien ha sugerido la Fundación Institucionalidad y Justicia.

Hay que enfatizar que la designación de nuevos miembros en la Suprema Corte de Justicia debe respetar escrupulosamente, los mandatos constitucionales que otorgan un 75% de la matrícula a los jueces de carrera.

En el caso del Tribunal Constitucional, éste tiene que ser un espejo de la realidad política, social y económica nacional. En ninguno de los dos casos, las decisiones del Consejo deben ser precipitadas, ni impuestas al calor de mayorías momentáneas o coyunturales. Se trata de decisiones políticas fundamentales, que no pueden ser adoptadas al margen de la oposición y de la ciudadanía.

Estoy convencido, como ciudadano y como Presidente del PRD, de la necesidad de un esfuerzo concertado de toda la ciudadanía, que exija el respeto permanente de la Constitución, para que la misma tenga eficacia práctica y cotidiana.

La Constitución no es de un partido, sino de todas y todos los dominicanos.

Los derechos constitucionales no se regalan, sino que se conquistan.

Por eso, el PRD mantendrá su firmeza como vigilante de la conducta gubernamental, para que ésta se ciña a los mandatos constitucionales. Seguiremos siendo un verdadero defensor y garante de la Constitución, y lo haremos tanto desde la oposición como desde el Gobierno. Sólo así será una realidad concreta y viviente.

La Constitución, hay que decirlo para que no se olvide, solo puede tener sentido en un país como el nuestro, si promueve real y efectivamente la igualdad de oportunidades, la justicia social y la erradicación de la pobreza. Sólo así podremos lograr no sólo un país libre, sino también, más humano y más justo, como siempre quiso nuestro Juan Pablo Duarte.

¡Qué viva la República Dominicana!

¡Qué Dios bendiga e ilumine nuestro pueblo!