En Contacto con el Pueblo.com
Santiago.- La proliferación de mendigos en las calles céntricas de la ciudad de Santiago, alarma tanto a transeúntes como a comerciantes quienes aseguran que las autoridades municipales deben hacer algo al respecto, ya que los mismos entorpecen al comercio y a los compradores.
Consideran que en la mayoría de los casos son haitianas en compañía de hijos mujeres viejas y hombres , quienes apuestan al mejor dador entre pleitos y disputas.
Aunque la presencia de estos es una de las realidades de nuestros pueblos, ciudadanos comunes y comerciantes de la zona piensan que no todos los indigentes que ocupan la vía se encuentran en una situación de pobreza, pues creen que algunos de ellos desarrollan su vida en la vía pública porque así lo desean.
Argumentan que el 80 por ciento de todos ellos piden para algún vicio personal, pero no para cuidar familia o para subsistir, por lo que las autoridades deben tomar cartas en el asunto.
El presidente de los Dueños de Tiendas del Centro de
Explicó que en muchas oportunidades se ha solicitado a Migración como al Ayuntamiento que resuelva la situación pero que estos no han hecho nada al respecto.
Sostuvo que muchos de esos mendigos duermen en las aceras y a la entrada de los comercios, conllevando la acumulación de desperdicios en la vía pública lo que deteriora la imagen de las tiendas
Advirtieron que el número de mendigos en la calle del Sol, 30 de marzo, área monumental llega a duplicarse durante el mes de febrero por las fiestas de carnaval
“Y en verdad que muchos se llevan muy buen dinero para su casa, pero la mayoría de la gente que pasa al lado de todos ellos, se burlan porque es que hay demasiados pidiendo en las calles y uno no sabe a quien darle”, dice un guachimán.
Carmen Yaquelyn Núñez, es una de los tantos mendigos que pululan todo el año por nuestras calles, ella al igual que otros, se queja de la poca atención que le ofrecen las autoridades de la ciudad, porque asegura que estar en esa condiciones, no es un algo que ella ha querido sino que la circunstancias así lo ha permitido.
“Yo tengo nueve años pidiendo porque no tengo con que vivir y tengo dos hijas que la gente me dice que regale pero no quiero regalarlas. Yo vivo en
Asume que no ha “tenido suerte” para conseguirla porque la espinosa situación por la que atraviesa, debido a que tampoco su marido tiene trabajo, tiene que estar en las calles de esta ciudad, demandando dádivas para conseguir el pan de cada día.
Inválida desde la edad de 18 años ha tenido que mendigar porque no encuentra ayuda de las autoridades.
“Mi situación es tan grave que hasta la casucha donde vivo se me esta cayendo a pedazos”, sostiene.
María Torres, mejor conocida como Nina, es otra de las mujeres que lleva años atada a una de las esquinas de la calle Del Sol, donde asegura que es ahí donde ella se encuentra que esta viva.
“Yo lo que tengo es una hija y no me puede atender, así es que esta es mi casa dice, mientras le invade una vergüenza muy significativa, porque agrega, “si me llevan para un lugar donde viven los viejos, yo estaría mejor”
