Santo Domingo..- La orden del presidente Leonel Fernández, al procurador general de
El uso de celulares es cosa prohibida de viejo por las normas penitenciarias dominicanas. Tanto es así, que la posesión de estos artilugios por presos privilegiados y comunes ha sido objeto de crítica reiterada por los medios de prensa.
Las autoridades, que se hacen de la vista gorda en este ambiente de laxitud social extrema, han querido en ocasiones ser más papistas que el papa. Hace apenas dos o tres meses, la reclusa Sobeida Félix Morel fue castigada con la prohibición de ver a sus hijos, y después con solo hacerlo a través de un cristal, porque en su requisada celda fueron encontrados dos teléfonos BlackBerry.
A raíz de comprobarse que el atentado contra Jordy Veras ocurrió por encargo del condenado Adriano Román, el procurador general Radhamés Jiménez Peña dijo el 19 de noviembre de 2010 textualmente lo siguiente: “Estamos trabajando con lo que tiene que ver con el aislamiento de las señales en todos los centros carcelarios de corrección y rehabilitación, así como del sistema tradicional”.
Un poco antes, el 6 de octubre, el director del nuevo modelo de reclusión, Roberto Santana, prohibía mediante oficio el ingreso de teléfonos celulares, tanto para empleados como para visitantes, a las prisiones bajo el Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria.
Y aclaraba el oficio que la disposición era adicional “a la prohibición que ya pesa sobre el ingreso de teléfonos celulares a los reclusos”. La única excepción de esta regla, establecía el oficio de Santana, eran el procurador y el personal que lo acompañara en su visita a las cárceles, sus adjuntos y los fiscales, el director general de Prisiones y el personal acompañante, los subdirectores de esa dependencia y del Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria a su cargo.
Sin embargo, la excepción prohibía a estos funcionarios prestar sus celulares al personal de la cárcel o los reclusos.
Es decir, que desde hace exactamente once meses, que Santana extendió la prohibición a las cárceles del encomiado nuevo modelo penitenciario, y exactamente diez que según su titular,
Los despistes del presidente respecto a lo que hacen sus subalternos no deja de llamar la atención. Pero lo peor es que casi la totalidad de los medios de prensa ignoren los antecedentes, cuando los tiene, de la información que el mandatario produce, como es el caso.