NUEVA
YORK._ Los daños descomunales causados por el huracán Sandy a su paso
por la Costa Este de los Estados Unidos, no se limitaron a los vivos,
sino también a los que se creían estaban en paz eterna.
Su furia fue tan
devastadora que ni siquiera respetó a los muertos. En el cementerio del
poblado Crisfield en Maryland, la fuerza del ciclón abrió varias tumbas
y logró interrumpir el eterno descanso de sus inquilinos, los difuntos,
sacando de ellas al menos dos ataúdes.
El medio Radar Online dijo en su edición de ayer
miércoles que el cementerio ubicado en la avenida Somerset Norte, fue
golpeado con tanta crudeza por Sandy que el huracán también agrietó
lozas que cubrían las tumbas, mientras el agua cubría todo el césped que
se inundó en un ataque de la naturaleza nunca visto por los residentes
del poblado desde el cicló Gloria en 1985.
Piezas de bronce y metal que estaban también en las bóvedas fueron arrancados de cuajo por Sandy.
"Los lados de los ataúdes eran visibles por encima de la hierba", dijo Radar Online.
Detalló que en el área donde está el cementerio,
la mayoría de casas fueron inundadas y efectivos de la Guardia Nacional
tuvieron que evacuar de emergencia a los residentes.
El servicio de electricidad, internet y teléfono
también se fueron interrumpidos. Otro cementerio inundado fue uno
cercano al río Monocacy, pero las autoridades explicaron que ahí, las
tumbas son seguras.
Richard Cody, presidente de la entidad Jardines en
Memoria a los Difuntos señaló que entre 50 a 60 tumbas situadas en el
extremo inferior del cementerio están inundadas de agua.
"El resto del cementerio y sus mausoleos no fueron afectados, aunque están a ras del suelo", añadió Cody.
Expresó que las inundaciones son una grave amenaza
para la parte inferior del campo santo, pero no así para las otras
áreas y recordó que se rediseñó un puente sobre el río para que sirviera
también de presa.
El rediseño se hizo hace décadas.
Informó que el cementerio seguirá abierto para los negocios y un difunto sería sepultado ayer miércoles.
Radar Online describió como espeluznante la escena y dijo que los ataúdes estaban seis pies bajo tierra.
La arena arrojada desde la costa por Sandy ayudó a
perjudicar más al poblado costero, acostumbrado a tormentas y paso de
huracanes por su litoral.
Entre los ataúdes hay uno de plata y otro de
bronce. Luego de que se hiciera bajar el nivel de la inundación, los
sarcófagos estuvieron visibles.
El periódico dijo que el sistema público de agua
colapsó en Crisfield que es considerada la ciudad más meridional de
Maryland y es conocida en el mundo como "La Ciudad del Cangrejo" , con
una población de sólo 2.723 habitantes.