
La aprobación, con el voto
a favor de 89 senadores y en contra de 8, pasa el drama a la Cámara de
Representantes, cuya sesión se ha programado para el mediodía, y donde
la mayoría republicana ha opuesto más resistencia al pacto.
El
acuerdo, negociado al borde del "precipicio fiscal", mantiene sin
incrementos los impuestos para los individuos con anuales ingresos de
menos de 400.000 dólares y parejas que ganan menos de 450.000 dólares.
Por
encima de ese umbral, la tasa del impuesto sobre la renta subiría del
35 % actual a un máximo del 39,6 %, lo que supondría la primera subida
de impuestos en EEUU en dos décadas, algo a lo que se han opuesto con
uñas y dientes los republicanos.
Asimismo los cortes por 24.000 millones de dólares en el Pentágono y los programas sociales se diferirán por dos meses.
Pero
la fórmula final está sujeta a lo que decida la Cámara de
Representantes, que puede enmendar el acuerdo elaborado en el Senado, y a
lo que se combine de ambas resoluciones.
Hoy, primero de enero,
vence en el país una serie de importantes exenciones fiscales que datan
de 2001 y 2003 y fueron promulgadas por el gobierno del entonces
presidente George W. Bush.
La falta de acción legislativa
significa que, técnicamente, esta madrugada subieron los impuestos que
deben pagar todos los estadounidenses.
Aunque las subidas de
impuestos empiezan a ser efectivas a partir de hoy y los recortes del
gasto a partir del miércoles, siempre es posible que el Legislativo
anule sus efectos con carácter retroactivo, por lo que el paso por el
abismo fiscal sólo sería transitorio y los ciudadanos y la economía no
notarían sus efectos.
En un comunicado, el presidente de la Cámara
de Representantes, el republicano John Boehner, confirmó que el pleno
de la cámara baja estudiará hoy martes el acuerdo aprobado por el
Senado, aunque no adelantó si será para aceptarlo tal cual o para tratar
de enmendarlo.