WASHINGTON:-Los distintos departamentos del gobierno
estadounidense se aprestaban a implantar los recortes del gasto que se
activarán a partir de hoy, al tiempo que el presidente Barack Obama
acusó a los republicanos de amenazar el crecimiento al negarse a
aumentar los impuestos a los más ricos.
Tras el fracaso en el
Senado el jueves de un plan demócrata que suponía un aumento de los
impuestos a los más ricos para evitar los recortes de 85.000 millones de
dólares hasta el 30 de setiembre, que representarán una reducción del
8% de los gastos anuales en defensa y del 5% en el resto del
presupuesto, Obama afirmó en un comunicado que los legisladores
conservadores habían decidido "amenazar" a la economía con "un conjunto
de recortes presupuestarios automáticos y arbitrarios".
"Los
republicanos del Senado tenían (la oportunidad de) optar sobre el modo
de hacer crecer nuestra economía y reducir nuestro déficit. Y en lugar
de suprimir una exoneración fiscal que beneficiaba a los más ricos (...)
eligieron emprenderla contra los servicios decisivos destinados a los
niños, a las personas de más edad, a los militares y a sus familias",
denunció el presidente en un comunicado.
"Votaron a favor de hacer caer toda la carga de la lucha contra el déficit sobre la clase media", aseguró Obama.
Durante
varias semanas, las distintas dependencias del gobierno federal
multiplicaron sus advertencias sobre las consecuencias de los recortes,
que afectan las funciones de regulación así como a otras áreas del
presupuesto como el transporte, la educación y las inspecciones
sanitarias.
Las declaraciones de Obama tuvieron lugar en víspera
de una reunión con los líderes del Congreso en la Casa Blanca el
viernes, que fue convocada por el presidente el miércoles, cuando
advirtió sobre las consecuencias negativas de los recortes sobre la
economía.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), por su parte,
anunció ayer que revisará a la baja la previsión de crecimiento para
Estados Unidos en 2013 a raíz de esta cura de austeridad, de 2% a 1,5%.
El
Senado rechazó también este jueves un proyecto de ley presentado por
los republicanos, que mantenía el recorte de 85.000 millones de dólares
del presupuesto, pero le daba poder al presidente para repartir la
reducción entre los diferentes departamentos del gobierno, de acuerdo a
su libre determinación.
De esta manera, los republicanos
pretendían permitir a la administración salvar algunos programas
considerados cruciales, como el de defensa, y desplazar la carga de los
recortes a programas superfluos.
"Los recortes generalizados son
irresponsables y no distinguen entre programas de alta prioridad de
aquellos de baja prioridad", justificó el senador republicano Jim
Inhofe.
Los demócratas rechazaron este acuerdo, pero no lograron
que los republicanos apoyaran su proyecto, que suponía la reducción del
déficit a partir de un nuevo aumento de los impuestos.
En este
sentido, John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes,
reiteró la postura de su partido contraria a un nuevo aumento de los
tributos.
El presidente ya tuvo su alza de impuestos", recordó,
en referencia al acuerdo del 1 de enero que impuso más tributos a los
más ricos.
"¿Cuánto dinero más quieren robarle a los estadounidenses para financiar al Estado?", expresó.
De
hecho, una gran parte del presupuesto (pensiones, salud) no se verá
afectada, lo que explica la reducción del 8% de los gastos en defensa y
del 5% en el resto del presupuesto.
Algunos demócratas también
recordaron que no habrá recortes en los programas sociales para los
sectores más vulnerables, lo que se compensa con fuertes rebajas del
gasto en el Pentágono.
Según un sondeo de Gallup publicado el
jueves, 56% de los estadounidenses estiman que los recortes
presupuestarios agravarán la situación económica del país.
En tanto, un
45% no cree que su situación financiera personal se verá afectada por
las medidas, mientras que un 44% cree que sí