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Tamboril.- A poco más de un año de haberse registrado los hundimientos de tierra en la empinada comunidad de Carlos Díaz, en la cordillera Septentrional, los afectados, 402 familias en total, todavía esperan su reubicación en un lugar donde puedan rehacer sus vidas.
Los derrumbes se registraron el 9 de febrero del 2009 en el municipio de Tamboril, Santiago, y provocaron el colapso de todas las estructuras.
Aunque no dejó víctimas, el desastre obligó a la evacuación inmediata de los habitantes de la zona que fueron alojadas en el multiuso del municipio Tamboril.
Cuatro meses después, abandonaron el lugar cuando el gobierno asumió el pago del alquiler en otros lugares hasta que se levante un proyecto habitacional en unos terrenos que fueron adquiridos en la comunidad de Canca, cerca de Carlos Díaz, pero en la parte llana.
El presidente del Comité Pro Ayuda de los Damnificados de Carlos Díaz, Williams Capellán, dijo que el pasado miércoles la directora del INVI, Alma Fernández, visitó los terrenos y mostró a algunos de los afectados el diseño de las viviendas que se construirán.
Los hundimientos de Carlos Díaz mantienen incomunicadas a la localidad vecina Los Amaceyes, cuyos pobladores desesperados procedieron a base de picos y palas a la apertura de una trocha que les permita al menos comunicarse precariamente con el resto del país.
El viernes una comisión de técnicos de
A este respecto, el subdirector de Medio Ambiente y Recursos Naturales en la zona Norte con asiento en Santiago, Domingo Rodríguez, dijo que la zona de Carlos Díaz es muy vulnerable y que bajo ninguna circunstancia permitirán que vuelva a ser ocupada.
En cuanto a las raciones alimentarias que les suministraban, Capellán expone que fueron suspendidas, luego del terremoto que afectó a Haití el 12 de enero.
En ese contexto, entiende que aunque hay que ser solidario con Haití que pasa momentos difíciles, también entiende que se debe reiniciar ese programa a favor de los damnificados, porque hay muchos que necesitan esa ayuda.
