Puerto Príncipe.- El brote de cólera en Haití, cuyo epicentro se encuentra en este pequeño puerto a la orilla del mar Caribe, sigue siendo un misterio para los haitianos. Ni siquiera su presidente, René Prevál, encuentra una explicación para el fenómeno.
Es algo nunca visto por estas tierras, donde el último caso registrado – un paciente, apenas – remonta a la década de 1960 del siglo pasado.
Por eso, Preval cree que pudo venir del exterior, no se sabe con que intención ni de donde.
De momento no quiere apuntar el dedo a nadie, aunque como siempre sucede en misterios similares, hay haitianos que miran de reojo hacia la vecina Republica Dominicana, un histórico rival y con quien comparten la isla de
"Sería irresponsable y peligroso" identificar a un país, dijo Préval a la emisora privada Radio Kiskeya, durante una visita a la zona de Mirebalais (al este), una de las zonas afectadas por la epidemia, seguida del área de Artibonite (al noroeste).
Según datos oficiales, habrían muerto ya 253 personas y los enfermos graves sobrepasaron los 3.100.
"Es una situación muy seria. Si llega a la capital las consecuencias son imprevisibles.
Estamos distribuyendo allí 2.5 millones de litros de agua pura diariamente, decenas de miles de antibióticos, jabón y en estos momentos se están construyendo tres estaciones portátiles de purificación de agua.