Santo Domingo:-La isleta de la avenida 27 de Febrero, debajo del elevado, se ha convertido en la casa de decenas de perdigüenos, que duermen allí cubiertos por cartones y ropa, sin importar la hora del día.
Un amplio tramo de la 27 de Febrero, que va desde la calle Josefa Brea, hasta
A las 10:45 de la mañana de ayer permanecían alrededor de cinco personas que se dedican a pedir y a recoger desperdicios de los basureros, dormidas en la isleta y frente al parque Mario Emilio Álvarez, de Villa Consuelo, ajenos al bullicio de los transeúntes y vehículos que circulan por el área.
En la calle José Martí, casi esquina 27 de Febrero, existe un vertedero improvisado, que además de causar enfermedades, entorpece el transporte.
De esa situación se quejan hasta los agentes de
Vendedores, chóferes y personas que frecuentan el área dicen que las brigadas del Ayuntamiento del Distrito Nacional pasan poco por allí a recoger los desperdicios.
Cristóbal Batista, vendedor en un establecimiento comercial, lamentó el descuido del entorno y manifestó que desde hace unos cuatro meses no se recoge la basura.
En el espacio comprendido entre la calle José Martí y la 27 de Febrero hay un cable del tendido eléctrico en el suelo, entre basura, que se cayó hace alrededor de un mes producto de un rayo cuando llovía.
Pese a que todavía conserva la electricidad, brigadas de las Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales no han pasado a levantarlo. Martín Pérez, un vendedor, manifestó que le informan la situación a brigadas que pasan por el área y que solo les dicen que llamen a la compañía.
Manuel de
Entre
Víctor Manuel Grullón, chofer de la ruta 27 de Febrero, comentó que cuando llueve han tenido que dejar de trabajar, porque los vehículos no pueden transitar.
En la intersección de la 27 de Febrero con Manuel Cáceres, el problema lo constituyen los hoyos, que provoca deterioro de los vehículos y tapones.
“Eso hoyos tienen más de un mes y nadie viene a taparlos”, señaló Frank Julián, chofer de la ruta 27 de Febrero-Villa Faro Al concluir el recorrido pasada las 11 de la mañana, próximo a esa intersección, frente al parque Mario Emilio Álvarez, una pareja de perdigüenos disfrutaba de su sueño a plenitud, sin percatarse siquiera de la luz de la cámara fotográfica.