Santo Domingo.- Casi cuando Juan Hubieres finalizaba su discurso, Taína Gautreaux se emocionó tanto, que se estremeció, aplaudió en forma entusiasta y, finalmente, no pudo contener las lágrimas, que brotaron de sus ojos, incontenibles.Mientras lloraba, seguía atenta cada palabra del barbudo líder del Movimiento Rebelde.
Tenía los ojos fijos en Hubieres, en sus gestos, en lo que decía y cómo lo decía.Al igual que ella, también lo seguían, concentrados, atentos, el candidato vice presidencial del PRD, Luis Abinader; el diputado José-Bertico-Santana y varios miles más de personas que desbordaron la “media naranja” del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.
En primera línea estaban los invitados especiales, detrás una multitud de hombres y mujeres desarrapados, sin más fortunas que sus vidas.Taína Gautreaux y Esquea Guerrero.
En las gradas, la muchedumbre integrada mayormente por transportistas y sus parejas, se estremecía también al ver y escuchar a Hubieres, el diputado extremadamente flaco, de aspecto casi enfermizo, en el que confían al punto colocar sus vidas y su futuro en sus manos.
Por igual, esa masa humana se estremeció.
Aplaudió casi en forma delirante y ovacionó a aquel que no tiene pelos en la lengua para convocar al país a “la resistencia contra la dictadura” que, a su juicio, ha entronizado el Partido de la Liberación Dominicana.
Los rebeldes, como se llaman a sí mismo Hubieres y sus seguidores, parece que hablan un mismo lenguaje y se entienden bastante bien.
Pero, ¿Quiénes son estos?
Se trata de gentes aplastados por la miseria, llegados mayormente de los campos, y habitantes de los cinturones de miseria; expulsados de las tierras por los poderosos y hombres rudos dedicados a transporten cada día millones de trabajadores y estudiantes a su destino en sus unidades de transporte.
Juan Hubieres muestra los candados con los que deberán ser encerrados los funcionarios ladrones.
Son gentes que la único que tienen que perder es su vida y, muy posiblemente, el medio de trabajo con el que se ganan la vida.
A esa masa, precisamente a esa masa, fue a la que Hubieres le dijo en tono elevado que;
- “Hoy se vive la dictadura real (…), la dictadura económica y la dictadura institucional ya la tenemos (…); frente a la dictadura se impone la resistencia y el combate”.
Esas palabras, dichas como las pronunció, en el tono desafiante y firme que lo hizo, levantaron una oleada de aplausos, asentimientos y sonrisas de júbilo.
Entre quienes así reaccionaron estaban Taína Gautreaux, Luis Abinader, Bertico, César Cedeño, Rafael Santo, todos los allí presentes, incluidas dos de las hijas de Hubieres, entre estas, la madre de “Tan Tan” y “Tantancito”, dos de los nietos adorados por el barbudo.
La emoción fue mayor aún cuando Hubieres sacó cinco gruesos candados y los levantó formando sus brazos en cruz y los mostró a la multitud.
Esquea Guerrero muestra las llaves, que se guardó en un bolsillo.
Fueron cinco candados que entregó al candidato presidencial Hipólito Mejía para que los use en las cárceles en los que, a su juicio, deberán ser encerrados los funcionarios “ladrones” del actual gobierno.
Las llaves se las entregó a Enmanuel Esquea Guerrero, quien las guardó en el bolsillo derecho de la chaqueta de su traje sastre.
Hubieres convocó a los “peledeístas honestos” a ir hasta la tumba de Juan Bosch, y abrirla para que escuchen sus orientaciones porque “ese PLD no fue el que fundó y construyó Juan Bosch”.
En ese ambiente, la multitud se levantó, aplaudió en forma casi delirante y Taína Gautreaux ya no pudo más. De sus ojos brotaron gruesas lágrimas que le moraron las mejillas.
Lloraba y seguía aplaudiendo como una chiquilla, asintiendo ante cada palabra del líder rebelde, a quien miraba fijamente a los ojos.
En algún momento, Hubieres la miró desde lo alto y hubo un contacto directo entre sus miradas.
Ella cerró los ojos momentáneamente, como lo hace la gente cuando quiere expresar ternura y respaldo, juntó sus dos manos y con ellas hizo un puño, que lo acercó suave y firmemente al lado izquierdo de su pecho, sobre el corazón. Las lágrimas fluían de su rostro.
Los demás siguieron aplaudiendo, pero ella se vió obligada a sentarse. El diputado Bertico santana, que estaba a su lado, la consoló.
Entre otras cosas, ¿Qué fue lo que motivó que esta mujer aguerrida, acostumbrada a dar batalla, fuera dominada por las lágrimas?
Hubieres hablaba de la forma en que, a su entender, muchos funcionarios del gobierno han logrado amasar fortunas de miles de millones de pesos en tan solo ocho años, mientras familias ricas de la República Dominicana han tenido que trabajar durante más de 100 años para acumular sus haberes actuales.
Precisó que “los Bermudes, los Vicinis, los Brugal. tienen cientos de años trabajando con las normas que les da la sociedad, y ¿como es posible que en cuatro , en ocho años un funcionario pueda acumular 20 mil millones”.
Llamó “ladrones” a un grupo de funcionarios peledeístas, de quienes dijo que deben “estar presos”.
Mencionó la forma en que el PLD quebró los ingenios azucareros de Haina, Boca Chica, San Luis y otros lugares y después “hasta los rieles se los robaron”.
Refirió que “Petrocaribe es otro robo” y exclamó que “ Chávez está alimentando a sus negocios. Está alimentando a un grupo delincuencial”.
-“Yo se lo he dicho a Chávez”, dijo Hubieres.
-“Para esos delincuentes, el Movimiento Rebelde le trajo cinco candados para que no salgan de Najayo. El pueblo quiere que los delincuentes sean enviados a la cárcel”, precisó
Para defender a vecinos de barrios pobres que han sido desalojados con el uso excesivo de la fuerza policial, Hubieres dijo que “el delincuente que está en Medioambiente” roba y destruye plantaciones de yautías a labriegos de Los Haitíses, mientras otros venden a precio vil tierras de vocación turística.
El diputado está convencido de que República Dominicana es gobernada por “la pandilla más delincuencial de America Latina y más corrupta de este continente”
Considera que “los más perversos” a los dirigentes del PLD que están en el Palacio Nacional.
-“¡No hay tiempo para vacilar! ¡Vamos a darle candela el 20 de mayo!”, instó Hubieres a sus miles de seguidores. Muchos no pudieron escucharlo porque no pudieron entrar al Palacio de los deportes Virgilio Travieso Soto.
Quienes sí lo escucharon perfectamente fueron Taína Gautreaux y los miles de hombres y mujeres que estaban allí dentro.
También lo escuchó Hipólito Mejía, quien estaba sentado ligeramente detrás y a la derecha de Hubieres.
Mejía, quien cerró con su discurso aquel acto, admitió que el rebelde le dejó “la pista caliente”.
Allí se comprometió a enfrentar la corrupción y a hacer el gobierno que acordó con Hubieres en base a un pliego leído al público por el locutor de Mejía y firmado en presencia de todos.
Con el acto de ayer, Hubieres demostró que tiene capacidad de convocatoria.
Esta vez no fue en el pequeño coliseo Teo Cruz donde hizo un acto masivo, sino en el Palacio de los Deportes, el mismo lugar donde han convocado sus fuerzas Leonel Fernández, Danilo Medina, Miguel Vargas y otros líderes.
Tiene agallas el tipo.
Tantas, que está preparado para darle batalla al gobierno en defensa de los transportistas, a los mismos a quienes Mejía se comprometió a defender.
Precisamente, esos transportistas de pasajeros, que llevan a los obreros a las fábricas a producir riquezas; y a los estudiantes a las escuelas y a las universidades a prepararse para el futuro; que laboran jornadas de más de 12 horas diarias, son tenidos por algunos sectores poderosos como “delincuentes” y “dueños del país” porque no se dejan matar de hambre.
Con los votos de esas personas es que Hubieres pretende hacer frente “a la dictadura”. Quiere que el pueblo lo acompañe y, parece, logró cautivar a Taína Gautreaux y a muchos otros.
