NEW YORK.-El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha
declarado esta mañana el estado de "gran catástrofe" en Nueva York y
Nueva Jersey, después de que el huracán 'Sandy' golpeara violentamente
la costa Este del país e inundara gran parte de Manhattan.
Esta decisión "permite que los fondos federales estén disponibles
para las personas afectadas en los condados de Bronx, Kings, Nassau,
Nueva York, Richmond, Suffolk y Queens", ha señalado la Casa Blanca en
un comunicado.
Hogares sin luz, aviones cancelados, tiendas cerradas, transportes
paralizados, árboles derribados, fachadas desconchadas y los sistemas de
llamadas de emergencias bloqueados. Este es el aspecto de Nueva York
tras el azote de ‘Sandy’, la tormenta perfecta, que se desplaza ahora
hacia el interior del continente.
El nivel récord de inundación se ha reducido a simple vista en Nueva
York y Nueva Jersey tras el paso del huracán, transformado ahora en
ciclón o tormenta tropical, mientras las autoridades y los equipos de
emergencia luchan en los dos estados por atender los problemas más
acuciantes a la vez que se comienza a hacer un recuento de los graves
daños.
Tras el anuncio de dos muertes por caída de árboles en Long Island,
la cifra se eleva a diez muertos en la región: siete en el estado de
Nueva York y tres en Nueva Jersey, la mayoría por caídas de árboles en
casas y coches. El total en EE.UU. es por ahora de 13 muertos, más uno
en Canadá, según las últimas informaciones.
Uno de los principales desafíos de los equipos de emergencias es
extinguir un incendio en el barrio de Queens, en Nueva York, que ha
destruido al menos medio centenar de casas y el fuego aún continúa. Más
de 200 bomberos trabajan para extinguir las llamas, que todavía no han
podido ser controladas, según ha informado el Cuerpo de Bomberos.
Nueva York y su área metropolitana (19 millones de habitantes)
amanecen este martes sin transporte público, con importantes
interrupciones del suministro eléctrico y con todos los aeropuertos y
casi todos los puentes y túneles de la ciudad cerrados.
De momento, la reducción del nivel de las aguas, que gracias al
descenso de la marea han bajado casi dos metros en el Bajo Manhattan
desde su punto culminante, ha relajado un poco la situación, si bien
algunas rachas de viento que todavía persisten esta mañana, próximas a
los 100 kilómetros por hora, recuerdan que 'Sandy' sigue cerca.
Cinco millones de personas sin luz
Un nuevo ciclo de marea alta llegará a partir de las 06.00 (11.00
hora peninsular española), pero para entonces los meteorólogos confían
en que el empuje de la tormenta habrá bajado lo suficiente como para que
no se repitan los graves problemas de la pasada noche.
El principal reto ahora mismo es devolver la electricidad a una zona
muy golpeada por una tormenta y que, posiblemente, sea la más grave que
ha pasado por la región de Nueva York, algunas de cuyas áreas parecían
una zona de guerra tras el paso de la tormenta.
A primera hora de este martes había casi cinco millones de clientes
sin electricidad: 1,924 millones en Nueva Jersey, 886.000 en Long Island
(fuera de lo que es ciudad de Nueva York), 660.000 en la Gran Manzana y
el condado de Westchester y 500.000 en el vecino estado de Connecticut.
Se calcula que en algunas zonas menos urbanas de Long Island y Nueva
Jersey harán falta de siete a diez días para restaurar el fluido
eléctrico.
Las empresas eléctricas se afanan en reparar los equipos dañados,
para lo que ya habían desplazado de forma preventiva a grupos de
técnicos de todo Estados Unidos.
Árboles caídos sobre cables,
transformadores que explotaron por la sobrecarga o cables rotos en zonas
húmedas son algunos de los problemas que deben afrontar los
especialistas.
Recluidos en casa.
No se sabe cuánto tiempo costará la reparación de las empresas e
infraestructuras (carreteras, semáforos, señales, playas) que han sido
afectadas, porque apenas ha podido comenzar el recuento de daños. En
algunas zonas de Long Island no se puede beber el agua corriente.
"Tenemos luz y agua. Hemos comprado mecheros, velas y todo lo
necesario para poder sobrevivir un par de días si fuera necesario",
afirma a TVE Irene Pedruelo, una española que vive en Brooklyn.
El alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, escribió en su cuenta de
twitter que "las cosas se han vuelto difíciles esta noche en Nueva York.
Vamos a salir de esto juntos, como siempre hacemos los neoyorkinos". En
su primera conferencia de prensa después de que "Sandy" haya tocado
tierra, Bloomberg ha vuelto pedir a la población que permanezca en sus
casas.
El hospital de la Escuela de Medicina de la Unidad de Nueva York tuvo
que trasladar durante la madrugada a sus 215 pacientes ya que se quedó
sin electricidad y se averió su generador de emergencia, lo que supuso
un complicado reto logístico.
Transporte paralizado
Otro quebradero de cabeza de las autoridades es el enorme trozo de
grúa de 23 metros que cuelga junto a un rascacielos en construcción a
una altura de unos 75 pisos en pleno centro de la ciudad: en la calle 57
y al sur de Central Park. Permanecen evacuadas y cerradas las calles 56
y 57 entre la Sexta y Séptima avenidas, donde se encuentra la grúa
dañada, y los fuertes vientos han impedido hasta ahora subir a asegurar
el fragmento.
La vuelta a la normalidad pasa también por la recuperación del
transporte público, pero la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA)
de Nueva York ha sufrido los mayores daños en sus 108 años de
existencia, según dijo el presidente de la entidad, Joseph Lhota.
Los graves efectos de 'Sandy' en las infraestructuras de metro,
trenes de cercanías y autobuses hacen que aún no se sepa cuándo puede
reabrir este servicio básico. En concreto, siete túneles del metro y dos
de tráfico rodado están inundados, lo que obligará a bombear el agua y
reparar las instalaciones.
Escuelas, la ONU y la Bolsa, cerradas.
Las escuelas, universidades, museos, grandes sedes empresariales, la
sede de Naciones Unidas y la bolsa de Nueva York seguirán cerradas
durante todo el día, lo que contribuirá a aligerar el tráfico y a
aliviar las preocupaciones del alcalde, Michael Bloomberg, y su equipo.
El impacto económico de la tormenta se podría traducir en pérdidas de
entre 10.000 y 20.000 millones de euros, según informa RNE.