SANTO DOMINGO:-El presidente Danilo Medina instruyó al jefe de la Policía Nacional,
mayor general, José Armando Polanco Gómez, a buscar una solución
definitiva al caso de los desalojados de la calle doctor Delgado,
empezando por localizar terrenos para reubicarlos, mientras, fueron
trasladados a un hotel de la calle Ortega y Gasset donde pernoctarán en
condiciones dignas.
“El Presidente de la República nos instruyó para que se les consiga un
pedazo de terreno en el que ellos puedan habitar, aunque sea cien metros
cada uno, para que puedan hacer sus casitas”, reveló Polanco Gómez.
Polanco Gómez informó que el presidente Medina le comunicó que había que
buscar una solución, porque no quería que los niños y las mujeres que
quedaron a la intemperie “pasaran ninguna penuria”.
Hoy se reunirá a las
nueve de la mañana con una comisión de las familias de desalojados y
que el propietario de los terrenos los indemnizará por las inversiones
que hicieron en el solar durante todos estos años.
Extraoficialmente se
supo que se entregarían 100 mil pesos por cabeza. El jefe policial dijo
que ya se está trabajando en lo de los terrenos y que “están ubicados en
la zona oriental, en Boca Chica, cerca de la carretera, en terrenos del
Consejo Estatal del Azúcar (CEA).
“Ya nos comunicamos con alguien que trabaja en el CEA, el director está
fuera del país; pero ese es un problema que existe en la voluntad del
señor Presidente de la República y el director del CEA, que tiene gran
sensibilidad, entre él y yo vamos a resolver eso por instrucciones del
señor Presidente”.
Luego de tres noches durmiendo con las estrellas como techo, las
familias fueron trasladadas en minibuses de la Policía hacia varias
pensiones en la avenida Padre Castellanos, mejor conocida como la 17.
Allí, luego de inspeccionar las instalaciones, consideraron que no
reunían las condiciones mínimas de dignidad para albergarlos.
Muchos se incomodaron y quisieron regresar a las aceras de Gascue, y los
generales Máximo Báez Aybar y Nelson Rosario se emplearon a fondo para
calmar los ánimos.
Luego, intervino el padre Luis Rosario, quien también
medió para evitar que los hombres, mujeres y niños se dispersaran. La
solución temporal llegó cuando fueron llevados al Motel “Cabañas Mundo
de Amor”, de la avenida Ortega y Gasset.
Allí la Policía pasó lista de las personas que fueron desalojadas y se
llegó a un acuerdo para que ocuparan las habitaciones de manera
temporal.
Cuando se le preguntó al jefe de la Policía Nacional, mayor general
Polanco Gómez, las razones por las cuales esa institución había asumido
el caso, respondió: “lo que pasa es que la Policía Nacional, dentro del
esquema de lo que es la seguridad pública, hay una parte que es social.
Usted ve que uno hace un operativo de proyección e integración
comunitaria y dentro de lo que es la actuación comunitaria están este
tipo de hechos.
El pasado sábado en la madrugada el Abogado del Estado ordenó con la
fuerza pública el desalojo de las 47 familias que ocupaban de manera
todavía por definir los terrenos que estaban en litigio.
Independientemente del aspecto legal del hecho, muchos consideraron
incorrecto y violatorio de la dignidad humana el modo en que se llevó a
cabo el desalojo .
Entre esos grupos estuvo la Comisión de los Derechos Humanos. El pasado
lunes en la noche, la Policía Nacional llevó al lugar una ambulancia.
FAMILIAS HABLAN SOBRE LA DIGNIDAD Y EL PUDOR.
Marisol Then y
Mayra Valentín asumieron el liderazgo del grupo que fue desalojado.
Ellas dijeron que su situación y la de los adolescentes y niños que se
han criado en ese lugar no es “la del común de las mafias organizadas
que se dedican a invadir terrenos en todo el territorio nacional”.
Por
eso se quejaron cuando les buscaron la alternativa de alojarlos en unas
pensiones de la Padre Castellanos, que al ver sus interiores y
contemplar que ni siquiera había agua en las llaves, frenaron la
intención y se unificaron para, primero que no los desunieran y segundo,
que los trasladaran con sus hijos a un lugar de mayor dignidad humana.
Los miembros de la Policía Nacional le buscaron varias alternativas.
Hicieron llamadas. Hablaron con el padre Luis Rosario, quien quiso
acompañar a las familias en este momento difícil.
“Yo mismo me comprometo con ustedes a que si no resuelven llevarlos a un
sitio digno, volvemos todos para la Delgado”, dijo, cuando se llamó a
la calma, en momento en que algunos de los hombres se enardecieron y uno
dijo:
“Si nos meten aquí, estamos en una boca de lobo”, al referirse a
las primeras habitaciones que les buscó la Policía Nacional, que
finalmente, pudo contener las animosidades. A las cinco de la tarde ya
estaban ubicados en el hotel.