En efecto, alboradas, aguinaldos, serenatas han
sido suspendidas por la gran mayoría de la ciudadanía, temerosos de los
delincuentes, que operan prácticamente en todos los confines de la
ciudad.
Estas actividades tradicionales tienen casi toda
la peculiaridad de que inician a tempranas horas de la mañana, casi de
madrugada.
La alborada es música en vivo a cargo de un
grupo musical, que se lleva por sectores de la ciudad, para anunciar una
gran fecha o una resaltante celebración. Regularmente da inicio a las
6:00 de la mañana.
De su lado, los aguinaldos, una vieja costumbre
dominicana, propia de la Navidad, ha experimentado dos vertientes: en la
original, una misa tempranera en la iglesia del sector, con un coro
cantando villancicos, y de ahí, a dirigirse en romería hacia el hogar de
un anfitrión, quién recibe al grupo con un espléndido desayuno, en el
que no pueden faltar el chocolate con jengibre, la telera, víveres y las
guarniciones apropiadas. Es una actividad que inicia muy temprano del
día.
En la vertiente actual, el aguinaldo se asume como
un compartir bailable navideño, de acercamiento social, que tanto se
puede realizar, en el día como en la noche. El cerdo, moro, ensalada y
telera, así como las frutas navideñas, no pueden faltar en el aguinaldo.
La serenata es la más riesgosa de todas, en el
tiempo delincuencial que hoy vivimos, pues consiste en ir, prácticamente
de madrugada, al pie de la ventana de la dama, “dueña de nuestro
corazón”, a cantarle, junto a un experto guitarrista, sus canciones
preferidas, para conquistar su amor.
También se estila en ella, declamar sentidos
poemas. Brindar hoy una serenata, en horas de la madrugada, al ser
querido, entraña una alta peligrosidad, por lo que esta nostálgica
costumbre, prácticamente ha desaparecido.