
“¡Juro por la Constitución bolivariana que defenderé la presidencia del
comandante Chávez en la calle, con la razón, con la verdad y con la
fuerza y la inteligencia de un pueblo que se ha liberado del yugo de la
burguesía!”, gritó el vicepresidente, Nicolás Maduro, frente al Palacio
de Miraflores, mientras miles de seguidores iban repitiendo al unísono
cada frase.
La declaración puso fin al acto convocado por el gobierno, al que
asistieron los presidentes José Mujica de Uruguay, Evo Morales de
Bolivia y Daniel Ortega de Nicaragua, entre otros representantes
regionales, en solidaridad con Chávez.
El mandatario, reelegido el 7 de octubre, no pudo asumir ayer ante la
Asamblea Nacional, aunque el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dijo que
podrá hacerlo cuando esté en condiciones.
Durante el acto de más de cuatro horas,
Maduro, un exsindicalista del metro de Caracas al que Chávez nombró su
heredero político en caso de quedar “inhabilitado” para gobernar,
pronunció un encendido discurso es lo que tiene sentido, pero si mañana
no está, unidad, paz y trabajo”.
Con un “¡Hasta la vida siempre!”,
Chávez se despidió hace un mes de los venezolanos al partir a Cuba para
operarse por cuarta vez contra un cáncer.
Su estado es “estacionario”, luego de sufrir una insuficiencia
respiratoria, según el último parte divulgado el lunes por el gobierno,
aunque el ministro de Comunicación, Ernesto Villegas, reiteró ayer a la
emisora Unión Radio que Chávez “se mantiene en comunicación con su
equipo de gobierno (y) familiares” en Cuba.
“¡Con Chávez y Maduro, el pueblo está seguro!”, coreaba una marea roja
-el color del chavismo-, a lo que el vicepresidente y canciller
respondía “¡Uh, ah, Chávez no se va!”, bajo un cielo azul surcado por
varios aviones rusos Sukhoi, de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana
(FANB). Maduro acusó a la oposición de estar buscando “un muerto, dos
muertos” para “llenar de sangre las calles de Venezuela.