SANTO DOMINGO:-Cuando Gustavo Montalvo y Josefina Pimentel, ministros de la
Presidencia y de Educación respectivamente, llamaron a los maestros al
palacio presidencial, la campaña mediática ya estaba montada.
El
objetivo de la reunión era un último esfuerzo por convencer a los
representantes de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) de que
aceptaran la propuesta del gobierno de un incremento de un 20% al
salario básico del magisterio.
De acuerdo con una fuente oficial, Montalvo y Pimentel querían que
los dirigentes gremiales desconocieran el plebiscito celebrado días
antes con un resultado de más de un 95% de la base magisterial que votó
por no aceptar la oferta del Ministerio de Educación.
Las autoridades
parece que se confiaron en la efectividad del control que ejercen en la
ADP, con la mayoría morada en la dirección del sindicato, sin percatarse
del calado de la demanda entre los maestros de todas las corrientes
políticas.
La investigadora Genny Torres, quien ha dado seguimiento sistemático y
cercano a los protagonistas de la lucha por la mejora de la calidad del
sistema educativo, explicó que los argumentos utilizados
por las autoridades para demeritar la lucha de los profesores carecen
de validez porque utilizan las cifras de manera acomodaticia y sin rigor
técnico.
Según Torres, el incremento salarial de un 20% para los maestros son
apenas a 1,703.12 millones de pesos, lo que representa un 3.6% del total
del aumento recibido por el ministerio en el presupuesto de 2013. Una
proporción extremadamente inferior a la que, según la experta, ha estado
difundiendo el gobierno.
En el fondo del “match” entre autoridades y profesores está, de
acuerdo con el economista Pavel Isa Contreras, la falta de previsión de
las primeras, quienes obviaron mejorar la calidad de vida de los
maestros con los nuevos recursos asignados para priorizar la
construcción de planteles escolares.
De hecho, los datos oficiales revelan que el 31% del total de recursos
adicionales del ministerio educativo se destina a la construcción de
aulas, un renglón privilegiado por todos los gobiernos desde la era de
Trujillo.
Sin quitarle importancia a la habilitación de nuevas aulas,
Isa Contreras entiende que lo importante es entender que la lucha del 4%
tuvo como eje central mejorar la calidad de la enseñanza pública en la
República Dominicana, lo que a su juicio es impensable manteniendo al
personal docente ganando salarios de miseria.