El
feminicidio más reciente se produjo el miércoles en Los Alcarrizos,
Santo Domingo Oeste, y la víctima, Yumilka Torres Suero, una estudiante
de 22 años, pese a que en su desesperación acudió varias veces a Policía
y la fiscalía de la provincia Santo Domingo, el auxilio no llegó. Fue
hallada muerta en una casa del sector Pueblo Nuevo, de Los Alcarrizos.
Entre
las últimas víctimas mortales de la violencia machista están Yadhira
Lora, asesinada de varios disparos por su esposo Johnny Alejandro
Montilla, en el parque Enriquillo, de Villa Francisca.
El agresor se
suicidó en el acto; en Moca fue asesinada Tania Hernández, de 34 años,
por su esposo Dionisio Correa. También se suicidó. Y en Los Robles,
Barahona, Noelba Batista, de 28. Todas se habían querellado y pedido
protección de las autoridades.
Entre estas agresiones criminales
recientes, la única que no se había querellado contra su pareja fue
Elizabeth Rodríguez, de 28 años, quien fue apuñalada por su marido
William antonio Rosario Sánchez, de 29 años, hace dos días en el barrio
de Gualey, de la capital.
El marido luego que apuñaló a su pareja se
suicidó lanzándose del puente Francisco del Rosario Sánchez. La familia
dice que éste creyó que había matado a Elizabeth.
La tragedia
ocurrida el martes en Los Alcarrizos, donde la estudiante Yumilka Torres
fue asesinada pese a que estuvo junto con su agresor en la Fiscalía de
Las Palmas, 24 horas antes, ha causado indignación repulsa entre los
vecinos, debido a que todos sabían que era una muerte anunciada.
“Yo la
maté, vaya a buscarla en la casa 44 de la calle 12”, dijo su asesino por
teléfono al padre de la joven, como el que ha cumplido normalmente las
amenazas que siempre profirió con tanta impunidad.
El último
pedido de auxilio lo hizo la desventurada Yumilka dos días antes de su
asesinato en la oficina del fiscal de Las Palmas, y delante de su
victimario, Rafael Valenzuela Pérez, un vigilante privado con quien la
mujer había procreado un niño y éste se negaba a darle la manutención.
La fiscal los citó y allí mismo, delante de la magistrada, el hombre
entró en cólera, la amenazó de muerte. Pese a su carácter violento y al
historial de maltratos, la autoridad se mantuvo indiferente, no actuó
como tantas veces.
El padre de Yamilka, Pablo David Piña, dijo que
su hija y Rafael se habían separado debido a los maltratos que éste le
daba, y que siempre se negó a pagar la manutención de un niño que ya
cumplió un año y ocho meses.
“El lunes, delante de la magistrada fiscal,
que los citó a su oficina de Las Palmas, él se encolerizó, se puso muy
violento y juró que la mataría, pero no se tomó ninguna medida”, dijo el
padre.
La familia de la joven dice que no se explica que el
ministerio público cite a una mujer víctima de abuso para que concilie
con el hombre que amenaza con matarla, lo repite delante de la fiscal, y
dos días después termina cometiendo el crimen.
Pidieron al
procurador Francisco Domínguez Brito, que investigue el caso para que
se corrija falla por la que no pudo evitarse la muerte de la estudiante
Torres Suero.
Según las últimas estadísticas de la Procuraduría
General de la República, alrededor de 800 denuncias y querellas contra
esposos violentos se reciben semanalmente en las fiscalías del Distrito
Nacional y la provincia de Santo Domingo, siendo atendidos la mayoría de
los casos. Sin embargo, los números de víctimas mortales que se han
querellado sobrepasan el 65% en ambas jurisdicciones.