CARACAS:-La diputada venezolana María Corina Machado, suspendida de su cargo por
la Asamblea Nacional tras participar como "representante alterna" de
Panamá en la OEA, regresó este miércoles a Caracas, en plena ofensiva
judicial del chavismo contra la oposición.
"Yo soy diputada porque así lo quiere el pueblo de Venezuela y así lo
seguiré siendo mientras el pueblo de Venezuela lo quiera", exclamó
Machado ante un reducido grupo de simpatizantes que la recibió al grito
de "mujer valiente" en una plaza del este de Caracas.
Machado, una ingeniera de 46 años que en las legislativas de 2010 fue la
más votada, llegó desde Lima acompañada por tres parlamentarios
peruanos y arremetió contra el presidente del Legislativo y número dos
del chavismo, Diosdado Cabello.
Cabello primero acusó a la diputada de la violencia política del último
mes y medio en Venezuela, luego la destituyó de su cargo por haber
participado en la OEA como "representante alterna" del gobierno
panameño, y aseguró que perdió su inmunidad parlamentaria por lo que
podría ser detenida.
Sin embargo, uno de sus abogados, José Amalio Graterol, indicó a la AFP
que hasta ahora "no tenemos información de alguna orden de detención
contra la diputada".
Soy diputada y lo seguiré siendo.
"Si el precio que tengo que pagar para que nuestra voz sea escuchada en
el mundo es esta persecución (...), lo pago una y mil veces, pero yo soy
diputada y lo seguiré siendo", advirtió Machado, quien aseguró que
asistirá a la próxima sesión de la Asamblea.
La aparición de la diputada tuvo lugar en la Plaza Brión, escenario hace
más de un mes del multitudinario acto de entrega a la justicia de
Leopoldo López, máximo exponente de la oposición radical a la que el
chavismo acusa de fomentar la violencia en las protestas que vive el
país desde el 4 de febrero, con un saldo de 34 muertos y más de 400
heridos.
López, un joven economista educado en Harvard que ahora pasa sus días en
una cárcel militar a las afueras de Caracas, y Machado son los
principales impulsores de "La salida", estrategia que promueve forzar la
renuncia del presidente Nicolás Maduro con protestas callejeras contra
la inseguridad, la inflación y la escasez en el país, con las mayores
reservas de petróleo mundiales.
Las protestas han ido perdiendo intensidad en las últimas semanas,
aunque todavía quedan algunos focos con esporádicos episodios de
violencia. Este miércoles pequeños grupos de manifestantes radicales
quemaron escombros en algunas calles de los barrios de Altamira y Chacao
(este de Caracas) tras lo cual fueron dispersados con gases
lacrimógenos por la Guardia Nacional.
Maduro considera que las protestas son un "golpe de Estado en
desarrollo" orquestado por la oposición en alianza con sectores de la
derecha de Estados Unidos y Colombia.
Un diálogo todavía lejano
El mandatario lleva semanas instando a estudiantes y dirigentes
opositores a una "conferencia nacional de paz" entablada con varios
sectores, pero estos se niegan a acudir hasta que, entre otras cosas, se
liberen a los detenidos.
Tras rechazar la mediación de la Organización de Estados Americanos, a
la que acusa de estar en la órbita de Estados Unidos, Maduro recibió el
martes en Caracas a una delegación de cancilleres de la Unión de
Naciones Suramericanas (Unasur) que busca "reforzar" el diálogo de paz.
La comitiva se reunió con representantes de la opositora Mesa de la
Unidad Democrática (MUD), quienes ratificaron su apertura a un "diálogo
transparente" con el gobierno con la presencia de "un tercero de buena
fe". Asimismo dirigentes estudiantiles opositores denunciaron la
"represión desmedida" de la fuerza pública en las protestas callejeras.
Sin embargo, nada parece indicar que la conciliación sea posible por
ahora en este país extremadamente polarizado entre el chavismo, apoyado
sobre todo en las clases populares, y sus detractores, con más peso
entre las clases media y alta.
De excanciller conciliador a presidente firme.
Conocido por su talante conciliador cuando era canciller durante el
gobierno del fallecido líder Hugo Chávez, Maduro ha respondido con
dureza a las protestas: López y dos alcaldes presos y destituidos,
decenas de estudiantes detenidos y 60 investigaciones por abusos
policiales.
El martes, Maduro anunció la detención de tres generales de
la Fuerza Aérea que, según dijo, pretendían "alzarse contra el gobierno
legítimamente constituido" y los acusó de tener vínculos con la
oposición, sin revelar sus identidades o rangos.Una fuente gubernamental
informó a la AFP que se trata de tres generales de brigada, uno de
ellos excomandante de la Base Aérea La Carlota, en Caracas.
"Llama la
atención que tres generales de la fuerza aérea que no ocupan cargos de
mando quisieran dar un golpe de Estado, porque no tienen capacidad.
¿Cómo iban a dar un golpe si no tienen tropas? Ahora, si son parte de un
movimiento mayor, es otra cosa", comentó a la AFP el general en retiro
Raúl Salazar, exministro de Defensa en el primer gobierno de Chávez.