EL VATICANO:-El presidente norteamericano Barack Obama dijo que es un "gran
admirador" del papa Francisco, el pontífice a quien considera su alma
gemela en temas como la desigualdad económica y preocupación por los
pobres.
La reunión duró casi una hora y se dio en un contexto de fuerte división
entre el gobierno de Obama y la iglesia debido a sus posturas en temas
como la anticoncepción y el aborto.
Obama llegó al Vaticano la mañana del jueves entre las ceremonias y
tradiciones de la iglesia católica y saludó al papa tras una larga
procesión.
El pontífice y el presidente se inclinaron mientras estrechaban sus
manos en el salón del pequeño trono antes de sentarse ante una mesa de
madera en la biblioteca papal acompañados de sus traductores.
"Es un gran honor. Soy un gran admirador suyo", dijo Obama. "Muchas gracias por recibirme".
La reunión estaba programada para durar media hora pero se alargó a 52
minutos. Obama parecía estar animado tras el encuentro cuando éste
terminó y el papa saludó a varios de sus asesores.
El secretario de Estado John Kerry se dijo "gran admirador de todo lo que usted ha hecho, como católico, por la iglesia".
Luego el papa y Obama intercambiaron regalos. El pontífice le entregó
una placa y una carta papal. "Seguramente leeré esto en la Oficina Oval
cuando esté muy frustrado", dijo Obama. "Estoy seguro que me dará la
fuerza necesaria cuando necesite tranquilizarme".
El presidente obsequió una cesta con semillas de frutas y vegetales que
se usan en el jardín de la Casa Blanca y le dijo que había escuchado que
abriría al público los jardines de la residencia papal de verano.
Antes de partir, Obama pidió al pontífice que rezara por su familia y éste asintió.
Obama es el noveno presidente de Estados Unidos que hace una visita
oficial al Vaticano. La audiencia significa un cambio en el ritmo de sus
actividades ya que dedicó los tres días pasados de su gira, que durará
una semana, a promover la unidad europea contra la agresiva postura rusa
frente a Ucrania.
El papa con el que Obama conversará es distinto al último que lo
recibió. En 2009 visitó a Benedicto XVI en una reunión que fue cordial
pero que no generó expectativas debido a las diferencias entre la
iglesia y Obama en el tema del aborto.
Sin duda la relación entre el gobierno de Obama y la iglesia católica es
frágil. Autoridades vaticanas han dicho que el presidente no se irá sin
escuchar los puntos de vista del papa sobre la reforma a la ley de
salud y su exigencia de que las medidas anticoncepción esté cubiertas
por un seguro.
Pero en Francisco la Casa Blanca ve a un papa popular cuyo énfasis en la
disparidad económica representa una validación moral de la agenda
económica del mandatario.
"Dada su gran autoridad moral, cuando el papa habla sus palabras tienen
gran trascendencia", dijo Obama en una entrevista con el periódico
italiano Corriere della Sera. "Puede hacer que la gente alrededor del
mundo se detenga a pensar sobre sus viejas actitudes y comiencen a
tratarse unos a otros con decencia y compasión".