BARAHONA:-La falta de equipos y medios de transporte para el desarrollo de una
labor policial más efectiva, fue puesta al desnudo la tarde de ayer,
cuando se produjo un enfrentamiento entre dos bandas de los sectores La
Peñuela y Pueblo Abajo, de este municipio, que dejó un saldo de un
muerto y dos heridos.
Como pólvora se regó que había sido asesinado Andrés Ferreras, de 37
años, quien recibió varias heridas de arma blanca y un balazo en el
costado izquierdo, siendo trasladado de urgencia al hospital Regional
Universitario Jaime Mota, en donde falleció cuando recibía atenciones
médicas.
Su muerte generó una enorme tensión en toda la comunidad y muchas
personas se presentaron al cuartel a buscar información, mientras los
agentes buscaban velas para alumbrarse, porque en ese momento había un
apagón en todo el municipio que ponía más caótica la situación.
Mientras que Naiqui Peña Feliz, de 28 años, fue ingresado al referido
centro hospitalario con múltiples heridas de arma blanca, por lo que fue
intervenido quirúrgicamente.
Se informó de una tercera persona que recibió heridas de perdigones en
el rostro, producto del disparo de un arma de fabricación cacera, de las
denominadas “chilena”, pero la identidad no ha sido revelada.
Se dio a conocer que tanto el occiso, como los heridos, fueron
interceptados por un grupo de personas cuando regresaban del hospital de
este municipio, donde acudieron a llevar a un compañero que había
recibido heridas de perdigones en el rostro, al probar un arma de
fabricación cacera.
Tanto la persona fallecida, como los heridos, son residentes del Barrio
Abajo, razón por la cual se mantenía en las calles del municipio un
tenso clima que se ha extendió por todo el poblado, por lo que fue
necesaria la intervención de la Policía para evitar más muertes.
Según se informó a este medio, la situación se ha venido desencadenando
luego de que integrantes de las dos bandas se han visto envueltos en
varios pleitos que han mantenido en zozobra a moradores de este
municipio, sin que hasta ahora las autoridades policiales y judiciales
asumieran su responsabilidad de imponer la ley y el orden.