SANTO DOMINGO:- Ezequiel Molina Rosario, ministro de la Asamblea de Dios, exhortó al
pueblo dominicano a tomar conciencia para contribuir a los cambios
político y social que demanda la sociedad, sabiendo elegir a sus
autoridades.
Al dictar una conferencia en la tradicional concentración anual de la
Iglesia Evangélica en el Estadio Olímpico Juan Pablo Duarte, en la
ciudad del Distrito Nacional, el ministro del Concilio de la Batalla de
la Fe afirmó que la fiesta a Dios no se termina, porque el primer
milagro Dios lo hizo y solo falta el milagro de cada ciudadano de elegir
bien.
Señaló el narcotráfico, la corrupción y la inseguridad ciudadana como los principales males que afectan a los dominicanos.
Sobre el narcotráfico, Molina dijo que a pesar de los avances
tecnológicos, en el país hay muchos males que no se han podido corregir
como es el problema de las drogas, “ en cuyo mal no están todos los que
son ni son todos los que están”.
El reconocido pastor evangélico dijo que la sangre de cada inocente
que los sicarios mandaron al otro mundo, claman delante de Dios.
En su discurso ante decenas de miles de evangélicos, Molina Rosario
describió cada uno de esos males y mientras lo hacía sufrió un desmayo
por efecto de la hipoglisemia que padece, lo que le obligó a bajar
brevemente del podio hasta que se recuperó y retomó la conferencia,
rehusándose a abandonar el acto y acudir a un centro de salud.
Los concentrados de inmediato oraron e hicieron prédicas por la salud
de su ministro que luego se reintegró y al concluir su discurso fue
tratado por un personal médico presente en la actividad.
Molina dijo que hay que ser una bestia para recibir 15 ó 20 mil pesos
para darle “para abajo a una persona…Maldito aquel que recibe sobornos
para quitar la vida al inocente”.
Deploró la doble moral con la que actúan muchas personas. “La doble moral está acabando con la sociedad”.
En el acto religioso estuvieron presentes el Ministerio de Adoración
de la Iglesia Mahanaim, y 32 pastores, en representación a las 32
provincias, tomaron la Santa Cena.