YAMASA:Miles de árboles han sido derribados en las últimas
semanas en una extensa zona boscosa de este distrito municipal
perteneciente a Yamasá, provincia Monte Plata, acción que ha sido
calificada como un “crimen ecológico” por varias entidades
ambientalistas.
El área ha sido devastada por campesinos que supuestamente fueron
asentados por el Instituto Agrario Dominicano (IAD) para la siembra de
cacao y pimienta, pero los parceleros están sembrando otros rubros, como
arroz, guandul, maíz, plátano y yautía, talando unas 3 mil 500 tareas
de monte virgen diseminadas en diversas comunidades.
Los lugares más
afectados por el desmonte son Loma al Medio, El Manguito, Sabana
Novillo, El Ranchito, Regina, Sabana Potrero y Hato Viejo, los lugareños
alegan que IAD les entregó esas parcelas de 15 tareas y que ellos lo
único que están haciendo es poniéndolas a producir.“Nosotros estamos sembrando la tierra”, dijo Valerio de la Cruz; “y
si sabían que no se podía cultivar para qué nos las dieron, aquí todo el
mundo está haciendo su conuco para poder vivir”, expuso este hombre del
campo, con el rostro bien sudado y con los estragos del sol, que con
furia tocaban su cuerpo.
Mientras que el gerente del IAD, en la provincia Monte Plata, Nicio
Rosario, admitió que el reparto fue realizado por esa institución para
la siembra de cacao, “que no es agresivo con el medio ambiente y al
contrario es de doble propósito, ya que puede ser forestal y además
agrícola”, indicó.
Aclaró que ha sucedido algo que escapa a sus manos y es que los
campesinos están usando las parcelas para desarrollar otros cultivos y
están talando los árboles, por lo que sugirió la intervención del
Ministerio de Medio Ambiente, “porque lo nuestro es repartir tierra”,
dijo Rosario.
Fundación
En tanto que el presidente de la Fundación Cuarto Centenario, Dante Tejeda, se mostró alarmado por lo que consideró un mayúsculo e irreparable atropello que golpea naturaleza, no solo por los campesinos con la práctica del conuquismo, sino también el tráfico de madera y la extracción de materiales de construcción de los ríos.
En tanto que el presidente de la Fundación Cuarto Centenario, Dante Tejeda, se mostró alarmado por lo que consideró un mayúsculo e irreparable atropello que golpea naturaleza, no solo por los campesinos con la práctica del conuquismo, sino también el tráfico de madera y la extracción de materiales de construcción de los ríos.
Lamentó que esté sucediendo algo tan catastrófico como tala y quema
de árboles en la zona montañosa de Yamasá, en cuya sierra nacen los
afluentes de la cuenca del rio Ozama, “esta destrucción está diezmando
la flora y fauna, los ríos se están quedando sin peces y los montes sin
aves y ¿qué es lo que les estamos dejando a las futuras generaciones?”,
se preguntó Tejeda, “porque de continuar así, heredarán una isla
totalmente desierta”, advirtió.