Santo Domingo:-- La lucha para que se cumpla la Ley General de Educación que manda a invertir un mínimo de 4 por ciento del producto interno bruto (PIB) en educación se ha convertido en un fenómeno social, al concitar el apoyo de amplios y heterogéneos sectores de la sociedad dominicana.
Numerosas esquinas de vías importantes del Distrito Nacional y de la provincia Santo Domingo se tiñeron de amarillo la tarde de este lunes, cuando cientos de ciudadanos y ciudadanas se conglomeraron en ellas con camisetas, sombrillas, cartulinas, cintas y pegatinas, en respaldo al "Lunes Amarillo" convocado por la Coalición Educación Digna.
El llamado de las organizaciones sociales traspasó los límites metropolitanos llegando a comunidades lejanas como El Cercado, en San Juan de la Maguana; Las Terrenas, Samaná; Santiago, Mao, San Pedro de Macorís, San Francisco de Macorís, Nagua, Dajabón, Puerto Plata y otras ciudades en cuyos parques e iglesias se escenificaron jornadas de apoyo al 4 por ciento.
Los vehículos con cintas amarillas, las personas con camisetas y gorras, la exhibición de banderolas y pañuelos eran notables en las calles y esquinas del polígono central de la capital.
El parque La Lira, de la avenida Abraham Lincoln, fue tomado por asociaciones de ciclistas, jóvenes empresarios, periodistas, artistas y dirigentes de organizaciones de la sociedad civil, quienes expresaron su respaldo a la lucha por el 4 por ciento para la educación y criticaron la actitud que ha adoptado el gobierno frente al reclamo.
El periodista Juan Bolívar Díaz, con su atuendo amarillo, dijo que el desarrollo tiene un nombre y que ese nombre es educación. “Los gobernantes lo que quieren es sembrar cemento, varilla y ahora metro (tren) como forma de mantenerse en el poder”, expresó el periodista, reconocido por su actitud crítica frente al gobierno.
Para Díaz la explicación de la pírrica inversión en educación en el país es que se trata de una siembra cuyos frutos no se ven en el corto plazo.
El parque Independencia fue otro espacio tomado por los reclamantes. Allí pudo apreciarse la presencia de personas de estratos más populares, con consignas más ácidas y con una actitud más desafiante.
Agentes de la Policía se mantuvieron alejados de los activistas, esta vez protegidos por un recurso de amparo dictado por el Tribunal Superior Administrativo y Contencioso.
Los barrios populares de la parte alta de la capital no se quedaron atrás. La intersección formada por las avenidas Duarte y París se convirtió en un gran mercado amarillo, las tiendas sacaron sus exhibidores con prendas de ese color, la gente en las calles mostraba su apoyo a la demanda colectiva, mientras compradores y vendedores expresaban duras críticas al gobierno por ser el primero en violar la ley y no querer “que nuestro pueblo se eduque”.
Similar sucedió en la Zona Universitaria, Los Kilómetros, Cristo Rey, Villa Juana, San Carlos, Villa Consuelo y Gazcue donde la gente convirtió una buena cantidad de esquinas en espacios de reclamo por el 4 por ciento para la educación.
Entre tanto programas de radio y televisión dedicaron gran parte del tiempo de sus emisiones a hablar sobre el tema, las declaraciones del presidente Leonel Fernández al respecto y lo singular que ha sido la campaña del 4 por ciento, caracterizada por la autonomía y la independencia frente a los partidos políticos tradicionales.
El llamado de las organizaciones sociales traspasó los límites metropolitanos llegando a comunidades lejanas como El Cercado, en San Juan de la Maguana; Las Terrenas, Samaná; Santiago, Mao, San Pedro de Macorís, San Francisco de Macorís, Nagua, Dajabón, Puerto Plata y otras ciudades en cuyos parques e iglesias se escenificaron jornadas de apoyo al 4 por ciento.
Los vehículos con cintas amarillas, las personas con camisetas y gorras, la exhibición de banderolas y pañuelos eran notables en las calles y esquinas del polígono central de la capital.
El parque La Lira, de la avenida Abraham Lincoln, fue tomado por asociaciones de ciclistas, jóvenes empresarios, periodistas, artistas y dirigentes de organizaciones de la sociedad civil, quienes expresaron su respaldo a la lucha por el 4 por ciento para la educación y criticaron la actitud que ha adoptado el gobierno frente al reclamo.
El periodista Juan Bolívar Díaz, con su atuendo amarillo, dijo que el desarrollo tiene un nombre y que ese nombre es educación. “Los gobernantes lo que quieren es sembrar cemento, varilla y ahora metro (tren) como forma de mantenerse en el poder”, expresó el periodista, reconocido por su actitud crítica frente al gobierno.
Para Díaz la explicación de la pírrica inversión en educación en el país es que se trata de una siembra cuyos frutos no se ven en el corto plazo.
El parque Independencia fue otro espacio tomado por los reclamantes. Allí pudo apreciarse la presencia de personas de estratos más populares, con consignas más ácidas y con una actitud más desafiante.
Agentes de la Policía se mantuvieron alejados de los activistas, esta vez protegidos por un recurso de amparo dictado por el Tribunal Superior Administrativo y Contencioso.
Los barrios populares de la parte alta de la capital no se quedaron atrás. La intersección formada por las avenidas Duarte y París se convirtió en un gran mercado amarillo, las tiendas sacaron sus exhibidores con prendas de ese color, la gente en las calles mostraba su apoyo a la demanda colectiva, mientras compradores y vendedores expresaban duras críticas al gobierno por ser el primero en violar la ley y no querer “que nuestro pueblo se eduque”.
Similar sucedió en la Zona Universitaria, Los Kilómetros, Cristo Rey, Villa Juana, San Carlos, Villa Consuelo y Gazcue donde la gente convirtió una buena cantidad de esquinas en espacios de reclamo por el 4 por ciento para la educación.
Entre tanto programas de radio y televisión dedicaron gran parte del tiempo de sus emisiones a hablar sobre el tema, las declaraciones del presidente Leonel Fernández al respecto y lo singular que ha sido la campaña del 4 por ciento, caracterizada por la autonomía y la independencia frente a los partidos políticos tradicionales.