
El funcionario manifestó que desde el 1991, cuando se produjo la repatriación masiva de 100,000 haitianos de República Dominicana a Haití, los operativos de repatriación han demostrado no ser eficientes para los objetivos planteados, además de que provocan mayor tensión entre ambos países.
El gobierno dominicano, que había suspendido las repatriaciones tras el terremoto del 2010, deportó en enero pasado a más de 3,000 haitianos que vivían en el país en condición irregular, con el propósito de evitar la expansión de la epidemia del cólera desde Haití.
El Ejército Nacional informó la semana pasada sobre la deportación de 6,972 haitianos indocumentados durante los operativos de control que realiza en la frontera, un día después de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos demandó a República Dominicana por la muerte de seis ciudadanos haitianos ocurrida en el año 2000 y en el que estuvieron involucrados militares dominicanos.
Paraison dijo que aunque las autoridades dominicanas tienen derecho a deportar a los ilegales, las repatriaciones no se hacen en coordinación con las autoridades haitianas, y muchas de éstas se realizan violando los derechos fundamentales de las personas.
“Hay gente que es detenida en la vía pública sin que puedan comprobar su estatus migratorio. Reconocemos que la mayoría se encuentra en situación irregular, pero son personas que tienen cierto tiempo viviendo en República Dominicana”, dijo Paraison a LISTÍN DIARIO.
El funcionario agregó que después del terremoto de enero del 2010, quince mil haitianos cruzaron la frontera para ser atendidos, pero que luego de ese lamentable evento el movimiento migratorio ha continuado de manera normal, hecho que el propio presidente dominicano Leonel Fernández confirmó días después del sismo.
Paraison dijo que las autoridades dominicanas y haitianas deben regirse por un protocolo suscrito en 1999, que establece los mecanismos para llevar a cabo las deportaciones, pero que al no cumplirse provoca un “círculo vicioso” que pone en evidencia las fallas del sistema.
“En primer lugar, los operativos (de deportación) se realizan en malas condiciones.
En seguida viene la reacción de los grupos defensores de derechos humanos y luego la repuesta de oficiales haitianos y dominicanos porque los operativos se convierten en hechos muy publicitados”, manifestó Paraison.
El funcionario agregó que en República Dominicana ha habido también un crecimiento en distintos niveles de migración, como en el caso de estudiantes haitianos en todos los niveles o “gente de otras capas sociales que han decidido quedarse”.
“En el Liceo Francés (en República Dominicana) ya no hay cupo”, dijo el ministro.