McCain fue uno de los
protagonistas hoy del Foro sobre Reforma Migratoria organizado por el
Instituto Schwarzenegger en la Universidad del Sur de California (USC)
en Los Ángeles, un evento al que asistieron el senador Michael Bennet,
el exgobernador de California Arnold Schwarzenegger y el expresidente
mexicano Vicente Fox.
McCain y el demócrata Bennet, ambos
integrantes del grupo bipartidista que elaboró el proyecto para cambiar
la legislación migratoria que se debate en Washington, intercambiaron
opiniones con estudiantes y trataron de aclarar los pormenores de este
plan, que confían que reciba el visto bueno del Senado en junio próximo.
Minutos
antes del acto, el político republicano mostró sus dudas a Efe sobre lo
que ocurrirá una vez el proyecto quede en manos del Congreso, de
mayoría conservadora, si bien espera que se apruebe "en un plazo corto".
"No
estamos seguros", declaró McCain, quien confesó que trata activamente
de convencer a sus colegas de partido para que hagan suyo el plan de
reforma.
"Apelo a sus instintos primarios", explicó el senador por Arizona, que les invita a que hagan "cuentas" electorales.
"No
podremos competir por el votante hispano hasta que esto esté hecho, no
ganaremos un solo voto hispano aprobando esta ley, pero sí nos pondrá
sobre el terreno para competir", manifestó McCain.
El político
cree que muchos latinos se verían atraídos por las posiciones del
partido republicano sobre impuestos, pequeñas empresas, defensa de la
vida, pero condiciona el inicio de cualquier conversación sobre estos
temas con el votante hispano a que salga adelante la reforma migratoria.
McCain
insistió, no obstante, en que esta nueva legislación tiene que ver con
los derechos humanos, algo sobre los que los republicanos "apoyan
tradicionalmente".
"Hoy, en algún lugar de la frontera de Arizona,
habrá un grupo de personas que cruzará la frontera guiado por lo que
conocemos como 'coyotes'.
Estos 'coyotes' son la peor basura de la
tierra", afirmó el senador, que habló del maltrato de mujeres, los
secuestros y la muerte asociada con la entrada ilegal a través de la
frontera.
"No deberíamos permitir en nuestro propio país el abuso impronunciable de personas", manifestó.
La
propuesta de reforma planteada por el grupo de ocho senadores y dada a
conocer este mes pretende regularizar a los once millones de
indocumentados que viven en el país, lo que Bennet calificó como una
"subclase social permanente".
"Es erróneo llamarlo amnistía",
comentó Bennet porque es un "camino largo" y exigente, en referencia al
plazo de diez años para la legalización de los indocumentados, que
además deberán pagar una multa de 2.000 dólares, pagar o demostrar que
han pagado impuestos y someterse a verificación de antecedentes y
domicilio.
La medida exigirá además una fuerte inversión en
control fronterizo y supervisión del mercado de trabajo para impedir las
contrataciones ilegales con el fin de frenar las oleadas migratorias de
personas sin papeles.
McCain se mostró dispuesto a endurecer la
propuesta de reforma para mejorar la seguridad del país, especialmente
después de los atentados de Boston.
"¿Son nuestras leyes de asilo
adecuadas? ¿Se revisan suficientemente los antecedentes de la gente?
¿Tenemos coordinación suficiente (entre agencias gubernamentales) cuando
alguien está siendo vigilado? A raíz de la tragedia en Boston se
podrían hacer cambios para mejorar la propuesta y mejorar la seguridad",
dijo a Efe.
El pasado 15 de abril Boston sufrió un atentado, en
el que fallecieron tres personas y resultaron heridas más de 280,
atribuido a los hermanos Tamerlán y Dzhojar Tsarnáev, de origen
checheno.