SANTO DOMINGO.-Danilo Medina mueve las fichas con cautela
programada consciente de que su popularidad ascendente lo ha colocado en
competencia con el ex-presidente Leonel Fernández por el liderazgo del
partido.
Ninguno de los dos ha buscado una confrontación estéril, pero
hasta los chinos de Bonao han sabido siempre que dos gallos de lidia no
caben en el mismo rejón.
Ellos dos chocarán guantes a propósito
del VIII Congreso Norge Botello cuando llegue el momento de nominar a
los seis nuevos miembros del Comité Político (CP), tres para cada uno
con dos objetados por cada bando.
De cara a la ampliación de la
membresía tanto del CP como del Comité Central, los dos líderes del PLD
se mueven para dejar bien situados a sus principales cuadros mientras
crecen las quejas de los “no alineados” por una posible exclusión
injusta de algunos dirigentes meritorios.
Se conoce una propuesta
para que el Comité Central sea ampliado con cien nuevos miembros “para
que las bases elijan a 80 de ellos de acuerdo al mérito acumulado en los
últimos años”, y que los restantes 20 sean propuestos por los dos
líderes fundamentales, diez Danilo, diez Leonel...
Lo que se ha
filtrado es que para el Comité Político Leonel Fernández propondrá a
Félix Bautista, Víctor Díaz Rúa y Ligia Amada Melo. A esta última no la
rechaza nadie, pero los dos primeros tienen resistencia incluso entre
muchos seguidores del propio Leonel.
Danilo propondría a Gustavo
Montalvo, Gedeón Santos y Simón Lizardo, y también dos de ellos,
Montalvo y Gedeón, tienen resistencia entre seguidores de Leonel y de
otros que les atribuyen tendencia hacia la sociedad civil y que actúan
en contra del ex presidente. Esa resistencia no se compara ni
remotamente con la que tienen Bautista y Díaz Rúa.
Para el Comité
Central la propuesta de Leonel la encabeza el senador José Rafael
Vargas, uno de los principales defensores del ex presidente y con
vínculos de muchos años con el PLD pero sin haber pertenecido nunca
formalmente al partido. Es de los principales ideólogos del proyecto de
retorno de Leonel.
Al Comité Central pasarían también de pleno
derecho los diputados de ultramar, los presidentes de los comités
provinciales y de las seccionales en el exterior y los legisladores y
alcaldes que no sean miembros de ese organismo.
El liderazgo está en juego
El
liderazgo del PLD está en juego desde que Danilo Medina asumió el poder
hace 14 meses.
Leonel conserva un fuerte arraigo en todos los niveles
del partido, pero jamás su preeminencia había estado amenazada como
ahora, sobre todo por lo crecida que anda la popularidad del Presidente.
Danilo
no ha dado aún una sola señal que haga suponer que podría aventurarse a
invocar el Referéndum constitucional para forzar su reelección en poco
más de dos años, pero calladamente ha alentado a algunos dirigentes de
su partido a lanzar su precandidatura.
En los casos de Francisco
Javier García y Reinaldo Pared, ambos han dicho que le plantearon al
Presidente su decisión de correr por la nominación presidencial y que
éste los alentó a lanzarse. Lo propio hizo Leonel.
Parece ser que
Danilo lo tiene claro: la presencia de Leonel Fernández en la boleta
presidencial peledeista en las próximas elecciones no se aviene con su
proyección política de conservar vigencia decisiva en el partido más
allá de su período, que termina en agosto del ’16.
Nadie duda que
la fuerza crecida de Danilo desde que asumió el poder, potenciada por
sus elevados niveles de aceptación que rebasa por mucho las simpatías
peledeistas, lo colocan en posición ventajosa para inclinar la balanza
por un candidato presidencial de su simpatía.
La confrontación de
Danilo y Leonel podría llegar en el momento de elegir al candidato
presidencial, pero es obvio que de cara al VIII Congreso las dos
principales figuras del peledeismo tendrán que chocar los guantes.
Porque
Danilo no quisiera que al Comité Político pasasen los dos principales
candidatos de Leonel, Félix y Díaz Rúa. Pero Leonel tampoco quisiera que
a ese órgano de dirección pasasen las dos principales propuestas de
Danilo: Montalvo y Gedeón.
A nivel del núcleo mayoritario de la
membresía actual del CP, los candidatos propuestos por Danilo tienen
mucho menos rechazo que los propuestos por Leonel. Félix Bautista es un
dirigente de formación en las bases peledeistas y actualmente es
secretario de organización, y Díaz Rúa es tesorero y secretario de
finanzas.
Montalvo, Simón Lizardo y Gedeón Santos son también
dirigentes peledeistas de vieja formación en ese partido. Montalvo,
ministro de la Presidencia, se formó en el intermedio Pedro Albizu
Campos, cuando el peledeismo era un sueño; Lizardo es actualmente
ministro de Hacienda y pertenece al grupo de la intimidad política de
Danilo; Santos es presidente del Indotel y se le considera un teórico de
mucha profundidad en el danilismo.
Cuestión de estrategia política
En
el Partido de la Liberación Dominicana las expectativas se proyectan
más allá del 2016. Si Leonel Fernández retornara al poder, su liderazgo
se perpetuaría sobre el 2020, e incidirá en el futuro electoral de su
partido probablemente a lo largo de la próxima década.
Es lógico
suponer que la popularidad de Danilo no se mantendrá todo el tiempo
sobre el 80 por ciento, pero su estilo ha calado en la aceptación de la
gente, y como ese estilo no tiene necesariamente que cambiar, su
conexión con la mayoría podría mantenerse en niveles altos por lo que
resta del período.
En ese escenario Danilo pasaría a ser a partir
del 2016 el líder de mayor futuro del país, a menos que se produzca el
regreso de un Leonel Fernández renovado y dispuesto a salvar los errores
del pasado para reconectar con los grupos que le han dado la espalda
por sus faltas recientes en el ejercicio del poder.
Los cálculos
del danilismo pasan por ahí. No tienen posibilidad de levantar un
proyecto continuista con la actual co-relación de fuerzas
congresionales-- controladas mayoritariamente por Leonel--, que le
imposibilitaría la eventualidad de un referéndum. Eso le obliga a
proyectar su vigencia para la segunda década del siglo.
A Danilo
le convendría que Leonel pierda vigencia a partir de las próximas
elecciones, lo que ocurriría si él, Leonel, perdiera una contienda
interna en procura de la nominación.
Por ello no puede
descartarse que el Presidente meta todo el brazo con un candidato
alternativo, que con el ritmo que llevan las cosas en el PLD quedará
definido a mediados del próximo año.
Entre los precandidatos que
están en la calle, Francisco Javier García luce ahora con mayor
posibilidad que Temístocles Montás, Reinaldo Pared, Domínguez Brito y
los otros que han mostrado intención de correr por la candidatura.
El
pasado fin de semana García le puso cara a quien considera será su
contendor en esa lucha interna, Leonel Fernández, y vaticinó que le
ganará la carrera por la candidatura. Nadie duda de la potencialidad de
Francisco Javier por su fuerte arraigo en la dirigencia media y baja del
partido. Dirigió exitosamente las últimas cinco campañas electorales
del PLD.
Podría tener a su favor, en un momento decisivo, el apoyo
del importante sector danilista y de lo que significaría en este tiempo
el respaldo del gobierno en una contienda interna.
Para ello
tendría que producirse previamente el choque de trenes entre Danilo y
Leonel, nada imposible cuando está en juego la supervivencia de uno de
los dos liderazgos fundamentales, que no sólo del PLD, sino del país.
Sólo
resta esperar de dónde saldrá el primer golpe de un match que impone la
dialéctica política en una sociedad sin hábito de pasar la antorcha en
armonía ni siquiera de un líder a otro en el mismo partido.
