“Lo mataron
sus hijos de la UASD”, dijo ayer, entre sollozos, su viuda Emenegilda
Estrella de Suárez, mientras recibía las condolencias del jefe de la
Policía Nacional, mayor general José A. Polanco Gómez, y del rector de
la institución académica, Mateo Aquino Febrillet, en la funeraria
Blandino del Ensanche Ozama. Un poco después las recibió del presidente
Danilo Medina, quien deploró la muerte del valeroso oficial y la
calificó de “conmovedora e incomprensible”.
Cuando fue alcanzado
por la bala, presuntamente de fusil, disparada por un estudiante que ya
la Policía identificó como Wilson Daciel Javier Nicasio, dirigente del
Frente Estudiantil de Liberación Amín Abel (Felabel), el coronel Suárez
Cordero ordenaba a las tropas bajo su mando que disminuyeran los gases
lacrimógenos y que evitaran disparar sus armas contra los estudiantes
que se movilizaban dentro de la UASD, los cuales presumía sin armas de
fuego.
“Su misión era evitar que los estudiantes salieran del
recinto y provocaran daños a propiedades y transeúntes; en esto el
coronel Suárez Cordero nunca cometió excesos”, dijo Polanco Gómez, tras
lamentar el hecho.
“Sin embargo, como una mala jugada del
destino, una bala disparada por estudiantes de la Universidad Autónoma a
los que él tanto defendía, le quitó dolorosamente la vida”, agregó el
jefe policial.
Los oficiales de la Dirección de Inteligencia
Delictiva, bajo el mando del general Neivi Pérez Sánchez, identificaron
al principal sospechoso de la muerte del oficial Suárez Cordero y a
otros implicados en el hecho de sangre. Casi todos han sido detenidos y
están bajo investigación.
Cuando menos diez personas están bajo
investigación. El portavoz policial, Máximo Báez Aybar, informó que en
una pensión de la Zona Universitaria fueron incautados chalecos
antibalas, miras telescópicas para fusil, cargadores de pistola 9
milímetros y teléfonos celulares.
En uno de estos aparatos se
encontraron varios mensajes de textos entre estudiantes de la UASD,
miembros de la Federación de Estudiantes Amín Abel (Felabel). En uno
puede leerse: “Ahora sí nos jodimos, matamos a un policía”, lo que
constituye una pista contundente para la Policía establecer
responsabilidades en torno al crimen.
Detalles sobre el caso
Durante
su visita a la funeraria de la avenida Sabana Larga, el jefe policial
Polanco Gómez adelantó que en las próximas horas se darán a conocer
importantes detalles en torno al homicidio.
“Hay un grupo de
policías que está tras la pista del principal sospechoso y le pedimos
que se entregue para evitar nuevas desgracias”, precisó Polanco Gómez.
Reveló que la institución maneja informes de inteligencia que daban
cuenta sobre la existencia de un plan para matar a un periodista, un
policía o un camarógrafo, para responsabilizar a los agentes que estaban
en el área de las protestas.