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Santiago:-.- Parceleros del proyecto Villas Agrícolas en Palmar Abajo de Villa González, en la provincia de Santiago, sufrieron la peor crisis de sus vidas cuando sus terrenos y cultivos fueron arrasados con maquinarias pesadas por sectores que, según denunciaron, quieren adueñarse de sus tierras.
Con sus cosechas frustradas, los parceleros reclaman respaldo porque a juicio propio han hecho parir la tierra que han cuidado y sembrado por más de 25 años.
Mostrando los títulos que les acreditan dueños de los terrenos que abarcan cientos de tareas, denunciaron que quienes destruyeron sus cosechas alegaron tener el aval del Tribunal de Tierras.
'' Ustedes vean cómo les metieron tractores a toda la cebolla, los ajíes y el maíz que teníamos ahí y si como fueron dos hubieran sido todos los campesinos que estuviéramos aquí, cuánta sangre habría rodado'', dijo enfurecido Cristino Vidal, parcelero.
Este jueves un grupo de hombres armados, acompañados de agentes de la policía, penetró al proyecto Villas Agrícolas y con la supuesta autorización del abogado del Tribunal de Tierras destruyeron más de cinco millones de pesos en cultivos, según denunciaron los campesinos.
De la tierra arrasada se beneficiaban 50 familias directamente, pero además se beneficia de ellas casi la totalidad de los residentes en Palmar Arriba, donde el cultivo es el principal modo de sustento.
''Porque tengan fuerza los poderosos no podrán con nosotros, porque nosotros tenemos el derecho'', afirmó Félix Díaz, parcelero del proyecto Villas Agrícolas.
Están dispuestos a defender el sudor de los años que tienen trabajando la tierra de la que viven y por ello reclaman al Gobierno, al ministro de Agricultura, Salvador Jiménez y al Instituto Agrario Dominicano, (IAD) que eviten derramamiento de sangre porque no permitirán que su propiedad les sea arrebatada.
Cebollas, berenjenas, maíz, yacían en el suelo destruidos. Los ranchos donde también ponían a secar la hoja del tabaco que cultivan en sus parcelas, fueron destruidos y la madera y zinc en que estaban construidos, se los llevaron.
Impotentes, los parceleros reclaman al Gobierno la protección que debe proveerles a hombres y mujeres que trabajan la tierra.
